Seguramente no muchos lo recuerden, pero hasta hace poco no había una fecha límite y definida para tener el PEF aprobado. Hasta la reforma a la Constitución de julio de 2004 y la publicación de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (Ley de Presupuesto), en marzo de 2006, se asumía que a más tardar el 31 de diciembre de cada año tenía que haber PEF aprobado, porque el que estaba vigente hasta ese día, al día siguiente ya no valía.
Incluso, en la aprobación del PEF de 2002, vivimos unas horas sin PEF aprobado. Se aprobó en una sesión de madrugada, parada un momento a las 00:00 cuando el Pleno de la Cámara de Diputados brindó con todos los presentes por el año que iniciaba en ese momento y que nacía sin PEF aprobado. Después de un rato lo hubo. ¡Uf!
Qué tiempos aquellos.
O como aquel año, en la negociación del PEF 2005, cuando sí hubo PEF aprobado… por la oposición (PRI y PRD) y entonces, el Gobierno Federal panista de Vicente Fox se retiró de la Cámara antes de su votación, lo vetó, lo llevó a la Corte mediante una controversia Constitucional y lo ganó cuando la Suprema Corte resolvió declarando la nulidad parcial del PEF aprobado 2005… en mayo de 2005.
¿Lo ven?, siempre ha sido un tema el PEF aprobado.
Ahora está más ordenada la cosa. Como decía, la Constitución y la Ley de Presupuesto ponen como fecha límite el 15 de noviembre de cada año para tener PEF aprobado—excepto el año de cambio de gobierno, que se recorre al 15 de diciembre—. Pero da igual, porque si no está a esa fecha no pasa nada. Siempre que para el 1 de enero haya PEF aprobado estamos del otro lado. Si no lo hay… ahí sí, quién sabe qué pasaría.
Pero claro, mucho del chiste del PEF aprobado está en la liturgia de su entrega, negociación y aprobación. Cuando llega a la Cámara, enviado por el presidente vía Hacienda, se hace una presentación formal, como en sociedad, del niño que aún no nace. Es como las fiestas que ahora se hacen para revelar el género de un bebé que está por nacer… y como en esos casos, también puede ser niño en lugar de niña a la mera hora, o al revés. Y es esa duda, que subsiste hasta el último momento, lo que hace más apasionante, emocionante, ilusionante, estresante y relevante la aprobación del PEF. Es un momento de máxima tensión.
Los minutos de descuento de la final de la Champions, el overtime del Super Bowl, la aprobación del PEF; no necesariamente en ese orden.
Recordemos, la aprobación del PEF es una facultad constitucional y exclusiva de la Cámara de Diputados. Así de serio. Y debe ser así, por el control y contrapesos de poderes, por la naturaleza de la representatividad popular de esa soberanía y demás razones que los abogados explican muy bien. Yo he estado en varios. Muchos. Como en 20 PEFs aprobados. Y siempre, desde el primero al último, del lado del Ejecutivo.