Una cultura de trabajo inclusiva, en la cual las personas se sienten apreciadas, valoradas y libres para ser ellas mismas se ha convertido en parte fundamental no prescindible para elevar la productividad y mejorar los resultados de negocio.
Hacia un futuro más justo y diverso
Las compañías más diversas y que promueven una cultura inclusiva están en mejores condiciones para atraer al mejor talento (sin importar edad, religión, género u orientación sexual, entre otros), mejorar su enfoque al cliente, la satisfacción de los colegas y la toma de decisiones. Todos estos elementos crean un círculo virtuoso de rendimientos crecientes.
A continuación, comparto algunos puntos clave para que las empresas trabajen en pro de una cultura más inclusiva:
- Abrazar la inclusión y la diversidad no significa únicamente contratar una fuerza laboral diversa; sino promoverla, así como fomentar la inclusión y tener ambos conceptos como valores centrales del negocio.
- Promover el rol de los aliados y la importancia que tiene que todas y todos participemos activamente en la construcción de una cultura laboral inclusiva.
- Además de ser parte explícita de las políticas de la empresa, las actividades de D&I deben ser vistas como un valor organizacional y un comportamiento de liderazgo deseado. Son la esencia misma de la organización: su cultura.
- El equipo de liderazgo debe ser el principal promotor de estas mejores prácticas, y predicar con el ejemplo.
- Las organizaciones deben adoptar un enfoque que cultive la inclusión y la diversidad de forma continua, de manera que puedan cosechar sus beneficios a largo plazo. Desde el proceso de contratación hasta la capacitación de líderes y más allá.
Estos puntos deben ser una prioridad para cualquier empresa, pues no solo ayudan a generar nuevas ideas, promover innovación disruptiva y mejor colaboración entre equipos, sino que mejoran la productividad, el clima laboral y colegas más felices y comprometidos, lo que se reflejará en mejores resultados del negocio, así como una sustentabilidad en el largo plazo.
Nota del editor: Jorge de Lara es Vicepresidente y Gerente General de GCS para American Express México y América Latina. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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