Un ejemplo de esto es cuando escuchamos que una empresa adquiere o está por adquirir el título de unicornio, automáticamente nuestro cerebro asocia a esa empresa con otras en esa categoría, y bajo ese razonamiento, hacemos conjeturas sobre lo eficiente que tienen que ser sus procesos, las grandes utilidades que reciben o su innovación tecnológica, que poco tienen que ver con la situación real del negocio.
Siguiendo este punto me parece interesante analizar el caso de una fintech mexicana.
Credijusto ha recaudado más de 400 millones de dólares de importantes bancos y fondos de inversión, entre los que destacan QED Investors, Goldman Sachs, Credit Suisse, Kaszek y LIV Capital y se proyecta como una de las startups en camino a convertirse en el próximo unicornio mexicano.
Hasta aquí todo muy esperanzador, pero haciendo un análisis de los estados financieros (que la empresa hizo públicos y se encuentran en su sitio web), podemos encontrar anomalías que no son congruentes con una empresa cuyo valor se espera llegue a los 1,000 millones de dólares.
Por ejemplo, durante el periodo de diciembre de 2020 a septiembre de 2021, Credijusto reportó un crecimiento de 6% de su cartera al llegar a los $1.4 mil millones de pesos. Para efectos de comparación, Konfío, un competidor similar, tuvo un crecimiento de más de 100% al pasar de $1.9 a $3.9 mil millones de pesos en el mismo periodo.
Respecto al benchmark con otros productos financieros, podemos observar que en 9 meses recibió 309 millones de ingresos por intereses. Esto representa una tasa activa de 30%, que para ser un crédito con garantía, resulta más caro que el de un banco. Ejemplificando: BBVA tiene una tasa para pymes de 16%, Banco del Bajío del 18% y Actinver de 17%.
En cuanto a su eficiencia de recursos, los estados financieros refieren que los gastos por intereses de la SOFOM son básicamente iguales a sus ingresos por intereses, lo que quiere decir que presta en la misma tasa en que recibe recursos.
Aunado a esto, sus costos de administración y promoción ascienden a un promedio de 45 millones de pesos al mes, esto ha llevado a la empresa a una pérdida acumulada de 866 millones de pesos, que si bien no supone un riesgo directo para los usuarios, sí representa un riesgo considerable para los inversionistas.