Ese valor será capturado por instituciones que cambien radicalmente sus modelos de negocios en respuesta a las presiones del mercado actual: la compresión de márgenes, las expectativas digitales de los clientes y el rápido crecimiento y éxito de los actores bancarios no tradicionales.
Aprovechar el momento y las circunstancias
El 80% de los bancos no tiene un modelo de negocio preparado para el futuro. La mayor parte pudo afrontar y manejar la crisis de la pandemia – un reto no menor –pero en números reales, el reporte muestra una divergencia creciente: 60 instituciones a nivel mundial generaron y acumularon el 90% de las ganancias del mercado de capitales.
Si bien los bancos pudieron manejar la crisis, han visto reducida su rentabilidad de forma visible: en los últimos 13 años se han eliminado hasta cuatro puntos de su rendimiento de capital (ROE, por sus siglas en inglés).
No obstante, la pandemia también tuvo efectos positivos: la banca digital se aceleró, el uso de dinero en efectivo disminuyó, el ahorro se expandió, el trabajo a distancia se convirtió en una modalidad laboral, y el medio ambiente y la sostenibilidad es cada vez más importante para los clientes y los reguladores.
Los bancos más innovadores y muchas fintechs están intentando ganar terreno en este contexto de mercado cambiante. Los próximos años serán años clave y diferenciarán a aquellos de que se adaptaron a las circunstancias y aprovecharon el momento y aquellos que no lo hicieron.
¿La
gran divergencia
afecta a la banca mexicana?
México no es una excepción a este fenómeno y a la aceleración de los cambios de los consumidores y de la industria. El próximo par de años será de vital importancia para ver qué bancos y fintech saldrán reforzados o no de esta divergencia.
Por ello, los bancos están redoblando esfuerzos en mejorar la experiencia que ofrecen a sus clientes, tanto en el mundo físico como en el digital. Una experiencia que esté personalizada a las necesidades de sus clientes. A su vez, las fintech están creciendo (ya somos el país con más “unicornios” de América Latina después de Brasil, y el número sigue creciendo), tratando de ganar más terreno en este contexto de cambio y reclutando talento para hacerlo posible.