Esta red descentralizada se trata de tecnología peer-to-peer (P2P), la cual permite que se distribuya el poder de procesamiento en cientos de miles de servidores, en donde todos son parte dueño de la red. Como podemos notar, hay una gran diferencia con la red centralizada, como son los servidores de Amazon y Google, en donde ellos tienen completo control del flujo de la información y, además, son los que se encargan de determinar el uso de la misma.
Cabe destacar que en lanzamientos recientes hemos podido ver cómo la tecnología blockchain, particularmente los NFTs, le permite a los usuarios participar en la realidad virtual como el metaverso. Para que no queden dudas, los metaversos son universos digitales 3D que operan en la blockchain y ofrecen a cualquier persona la libertad de crear activos, socializar, jugar, invertir y más.
De manera similar, la Web 3.0 puede proporcionar la base para que las personas creen, compren y vendan productos, como los NFTs. Debido a que la Web 3.0 es una colección de aplicaciones e interacciones de usuarios en una plataforma descentralizada, es probable que sea altamente interoperable y facilite el trading y la comunicación.
Lo cierto es que la blockchain es solo una de las tecnologías altamente avanzadas que está contribuyendo a esta revolución. Otras de las tecnologías que están jugando un rol fundamental son: la realidad virtual (VR), realidad aumentada (AR), inteligencia artificial (AI) y aprendizaje automático (ML).
Frente a este escenario, no cabe duda de que la Web 3.0 es el futuro del Internet. ¿Por qué? En primer lugar, por la transparencia que proporcionará. Con ella se podrán ver las transacciones y movimientos de forma pública, debido a que los datos de las blockchain son completamente abiertos y públicos, por lo que los participantes pueden ver lo que sucede y rastrear los datos.
En segundo lugar, hay que enfatizar en la mejora de identidad y privacidad que otorgará. En ella la identidad estará ligada al wallet o cartera digital del usuario. Mientras en la Web 2.0 los métodos de autenticación casi siempre requieren que el usuario entregue datos privados y personales, en la Web 3.0 las carteras digitales son completamente anónimas, a menos que el usuario decida vincularlas públicamente a su identidad. En definitiva, con la Web 3.0 tendremos más control sobre nuestros datos e información, así como de nuestro contenido digital.
Y es que como sostienen muchos especialistas en tecnología, esta “nueva fase” de Internet proporcionará una web más democrática, descentralizada, abierta y equitativa. En otras palabras, lo que se buscará con ella será volver a la esencia de lo que fue Internet: que nadie controle en gran proporción esta herramienta de comunicación, es decir, restar poder a los "gigantes de internet".
En este sentido, vale la pena destacar que Amazon, Google y Microsoft lideran actualmente el mercado del almacenamiento de datos en la nube . La primera compañía, con su filial AWS, controla el 41.5% del total, según datos de McAfee de 2019. Le siguen Azure, de Microsoft, con un 29.4%, y Google Cloud, con un 3%.