Este interés por impulsar la oferta digital, sumado a la posibilidad de contratar a distancia productos financieros básicos como son las cuentas corrientes o billeteras digitales, se ha visto muy favorecido por la reducción de costos para el uso de Internet, provocando un efecto catalizador en la adopción del comercio electrónico en Latinoamérica, impulsado además por las restricciones de movilidad que generó la pandemia.
Una geografía unicornio
Cada día escuchamos con mayor frecuencia noticias relativas al éxito de empresas latinoamericanas que han logrado identificar y capitalizar distintas soluciones de valor en el mercado, distinguiéndose de la competencia por su innovación, flexibilidad, potencial de crecimiento, su orientación hacia el consumidor y por el aprovechamiento de herramientas tecnológicas para crear modelos de negocio únicos.
Ahora bien, ¿podemos considerar a América Latina como una geografía “unicornio”?
Este término, que fue creado originalmente por Aileen Lee en 2013, se ha venido popularizando a partir de la creación y desarrollo de empresas innovadoras y disruptivas que, haciendo uso de nuevas tecnologías y redes sociales para impulsar su crecimiento, logran una valoración de mercado de al menos 1,000 millones de dólares.
Si consideramos las características que distinguen a estas empresas, sin duda alguna, podemos asegurar que la región cuenta con rasgos similares que lo diferencian sustancialmente de otras regiones en el mundo.
Primeramente, hay que destacar el tremendo potencial de crecimiento en América Latina, puesto que existen alrededor de 200 millones de personas por bancarizar, de acuerdo a un estudio de Mastercard y Americas Market Intelligence en 2020. En segundo lugar, porque la penetración del internet ha mejorado y hoy existen más personas que cuentan con conectividad, sumando ya 543 millones de usuarios en 2021, según refiere Statista. Algo a considerar es la disponibilidad de banda ancha, todavía un pendiente por atender.
Finalmente, el uso de redes sociales y la diversificación en los métodos de pago han permitido alcanzar a millones de personas ofreciendo productos y servicios cada vez más cercanos a los intereses particulares de cada una de ellas y terminando con la limitación del uso exclusivo de tarjetas bancarias para realizar compras por internet.
Es entonces que América Latina posee un valor geoestratégico “unicornio” o inclusive “super unicornio”, puesto que la región representa una oportunidad única para el desarrollo y crecimiento de emprendimientos dedicados al desarrollo del comercio digital.
El comercio electrónico como catalizador del progreso
La acelerada adopción del comercio electrónico ha modificado significativamente la forma en que adquirimos bienes y servicios, generando un efecto dominó en la dinámica de desarrollo para las personas y economías de la región, puesto que se han aperturado nuevas oportunidades de progreso con acceso a todo un universo de información, conocimiento y educación.