Para ello, es necesario entender lo que el mercado busca, identificar las variables económicas que lo afectan y comprender las necesidades de los inversionistas. Estas son algunas de las tendencias que hay que tomar en cuenta:
Mayor Inflación y aumento de las tasas de interés
La inflación que ha subido a máximos históricos y el aumento en las tasas de interés están entre las principales preocupaciones de las empresas.
Para las empresas que cotizan en Bolsa esto podría significar un aumento en su costo de capital y una mayor volatilidad en los precios de sus acciones.
Es importante tener en cuenta que la volatilidad puede ser algo bueno. Un entorno cambiante también crea oportunidades para que los inversionistas entren y salgan de posiciones favorablemente.
Por esa razón las oficinas de RI deben ver la situación actual como una oportunidad para adoptar un enfoque más proactivo con sus inversionistas tanto actuales como potenciales y centrarse en construir relaciones sólidas.
Un mercado con menos Ofertas Públicas Iniciales (OPI) y SPAC
Las tensiones geopolíticas crearon nuevos riesgos económicos y los cambios en los mercados están ejerciendo presión a la baja para nuevas OPIs, especialmente en el sector tecnológico, el cual presenta valoraciones extremadamente altas, que aún no han alcanzado la rentabilidad esperada.
Como resultado, muchas empresas que buscan cotizar en bolsa adoptarán un enfoque más conservador.
Una estrategia atractiva para una empresa pública que busca recaudar capital y atraer inversionistas a largo plazo, consiste en establecer contacto con sus actores claves y mantener una comunicación continua.
La sustentabilidad está aquí para quedarse
Las instituciones financieras tienen un papel fundamental a desempeñar en la reducción de emisiones de carbono mediante el financiamiento de empresas y proyectos con enfoque sustentable.
La pandemia retó a las empresas y a la sociedad en conjunto. Hoy, el llamado es a tomar acciones que contribuyan a combatir el cambio climático. Ante este contexto, las empresas deben perseguir un objetivo doble: conseguir beneficios para sus accionistas en un contexto de equilibrio ambiental.