En 2020, el tráfico de pasajeros a nivel mundial cayó casi 60%, comparado con el de 2019, y en México la caída fue poco más del 50%. Esto desató en la industria una seria de medidas enfocadas a sobrevivir ante la caída en la demanda, llegando inclusive a reestructuras como la de Aeroméxico.
Si bien la recuperación de la industria ha sido lenta, en México ha sido más rápida. En 2021, el número de pasajeros a nivel mundial fue la mitad del 2019, mientras que en México fue 22% inferior. Esto se debe a la recuperación del mercado doméstico, principalmente el de viajes familiares y turismo, así como por la cercanía con el mercado de los Estados Unidos. Esta dinámica favoreció a las aerolíneas de bajo costo, Volaris y Viva Aerobus, las cuales se posicionaron como las número uno y dos en el mercado doméstico, beneficiándose también de la salida de Interjet en diciembre del 2020.
Sin embargo, la industria aún necesita de la reactivación de dos mercados para tener una recuperación sostenida: el primero, el mercado internacional, el cual aún tiene restricciones o inclusive se encuentra cerrado, como es el caso de algunos países o destinos en Asia; el segundo, la recuperación del mercado del viajero de negocios, que desde mi punto de vista es clave para poder tener una industria con una dinámica sana, en la que puedan coexistir las aerolíneas tradicionales y las de bajo costo.
Si no vemos una normalización de estos mercados en el corto plazo, la industria podría enfrentar períodos de volatilidad con mayores riesgos operativos y financieros.
En este escenario, donde ya observamos una recuperación del tráfico, y en México tenemos un mercado con tres jugadores que representaron el 97% del tráfico doméstico en 2021 (Volaris, Viva Aerobus y Aeromexico), aparecen nuevos retos que estarán en la lista de prioridades de la industria durante el 2022.
El primero y más relevante es el precio de la turbosina. El principal insumo de la industria, que históricamente ha representado cerca del 30% de los gastos operativos, subió 61% en dólares durante el 2021 y 107% durante el primer trimestre del 2022. Esto nos lleva a esperar vuelos más caros durante el 2022, situación que ya es evidente en lo que va del año. De acuerdo con información del Instituto Mexicano del Transporte, la tarifa promedio para vuelos domésticos ha subido en promedio 45% durante los primeros cuatro meses del año y 63% para los destinos internacionales.
Si bien no se espera que el precio de la turbosina se mantenga en estos niveles, es difícil estimar cuándo se ajustará y en qué nivel se estabilizará, por eso anticipamos un año en que las tarifas promedio se mantendrán elevadas.
Sin embargo, el incremento en el precio de la turbosina podrá ser compensado parcialmente por las empresas con incremento en las tarifas y la incorporación de aeronaves con motores más eficientes y con configuraciones más eficientes. Pero la magnitud del incremento tendrá un impacto en la rentabilidad de la industria, por lo que los niveles registrados en el 2021 no serán sostenibles.