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Las aerolíneas mexicanas están despegando, pero con vientos cruzados

Las aerolíneas en México enfrentarán el reto de la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y la reconfiguración del espacio aéreo, señala Luis Miranda.
vie 15 julio 2022 12:01 AM
faa mexico
La caída en Categoría 2 ha reducido la competitividad de las aerolíneas mexicanas en el mercado transfronterizo, e incluso aumentó la participación de las compañías estadounidenses en el total de viajes internacionales.

(Expansión) - La aviación comercial mexicana pasó por un periodo crítico durante el 2020 y 2021, resultado de una severa, inesperada y larga contracción en la demanda, ocasionada por los efectos de la pandemia del COVID-19. Sin embargo, en algunos casos la recuperación ha sido más rápida de lo esperado y, desde mi punto de vista, las principales aerolíneas se encuentran en una posición más sólida para afrontar los nuevos retos que se presentaran en 2022.

La aviación comercial a nivel mundial se colapsó por la pandemia durante el 2020, junto con otras industrias como la del turismo, hoteles y restaurantes. Es difícil imaginar cómo el cierre de fronteras y restricciones de movilidad hicieron desaparecer durante tres meses (abril-junio del 2020) el 98% del tráfico de pasajeros internacionales a nivel mundial, de acuerdo con la información del ICAO (Organización de Aviación Civil Internacional de la ONU).

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En 2020, el tráfico de pasajeros a nivel mundial cayó casi 60%, comparado con el de 2019, y en México la caída fue poco más del 50%. Esto desató en la industria una seria de medidas enfocadas a sobrevivir ante la caída en la demanda, llegando inclusive a reestructuras como la de Aeroméxico.

Si bien la recuperación de la industria ha sido lenta, en México ha sido más rápida. En 2021, el número de pasajeros a nivel mundial fue la mitad del 2019, mientras que en México fue 22% inferior. Esto se debe a la recuperación del mercado doméstico, principalmente el de viajes familiares y turismo, así como por la cercanía con el mercado de los Estados Unidos. Esta dinámica favoreció a las aerolíneas de bajo costo, Volaris y Viva Aerobus, las cuales se posicionaron como las número uno y dos en el mercado doméstico, beneficiándose también de la salida de Interjet en diciembre del 2020.

Sin embargo, la industria aún necesita de la reactivación de dos mercados para tener una recuperación sostenida: el primero, el mercado internacional, el cual aún tiene restricciones o inclusive se encuentra cerrado, como es el caso de algunos países o destinos en Asia; el segundo, la recuperación del mercado del viajero de negocios, que desde mi punto de vista es clave para poder tener una industria con una dinámica sana, en la que puedan coexistir las aerolíneas tradicionales y las de bajo costo.

Si no vemos una normalización de estos mercados en el corto plazo, la industria podría enfrentar períodos de volatilidad con mayores riesgos operativos y financieros.

En este escenario, donde ya observamos una recuperación del tráfico, y en México tenemos un mercado con tres jugadores que representaron el 97% del tráfico doméstico en 2021 (Volaris, Viva Aerobus y Aeromexico), aparecen nuevos retos que estarán en la lista de prioridades de la industria durante el 2022.

El primero y más relevante es el precio de la turbosina. El principal insumo de la industria, que históricamente ha representado cerca del 30% de los gastos operativos, subió 61% en dólares durante el 2021 y 107% durante el primer trimestre del 2022. Esto nos lleva a esperar vuelos más caros durante el 2022, situación que ya es evidente en lo que va del año. De acuerdo con información del Instituto Mexicano del Transporte, la tarifa promedio para vuelos domésticos ha subido en promedio 45% durante los primeros cuatro meses del año y 63% para los destinos internacionales.

Si bien no se espera que el precio de la turbosina se mantenga en estos niveles, es difícil estimar cuándo se ajustará y en qué nivel se estabilizará, por eso anticipamos un año en que las tarifas promedio se mantendrán elevadas.

Sin embargo, el incremento en el precio de la turbosina podrá ser compensado parcialmente por las empresas con incremento en las tarifas y la incorporación de aeronaves con motores más eficientes y con configuraciones más eficientes. Pero la magnitud del incremento tendrá un impacto en la rentabilidad de la industria, por lo que los niveles registrados en el 2021 no serán sostenibles.

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Finalmente, las aerolíneas en México enfrentarán el reto de la saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y la reconfiguración del espacio aéreo. El AICM tiene una capacidad de aproximadamente 47 millones de pasajeros, y en el 2019 registró 50 millones de pasajeros. Su crecimiento está limitado y el futuro de la industria en México dependerá en gran medida de la velocidad en la cual las empresas logren ajustar rutas y destinos en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y en el Aeropuerto Internacional de Toluca, los cuales tienen una capacidad de 20 y 7 millones de pasajeros, respectivamente, y que actualmente no tienen operaciones de aviación comercial relevantes.

La industria de la aviación se encuentra en un proceso claro de recuperación, apoyada principalmente por una normalización de la demanda, a pesar de que aún falta ver la recuperación del tráfico internacional y de los viajes de negocio. El 2022 trae nubarrones y vientos en contra que pueden ser superados por un consumidor ávido de viajar después de dos años de encierro y por empresas que se volvieron más eficientes durante la pandemia. Sin embargo, debemos anticipar un 2022 con muchas turbulencias.

Nota del editor: Luis Miranda es Director Ejecutivo Senior de Deuda Corporativa de la calificadora HR Ratings. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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