Tomar el volante es una responsabilidad enorme que aumenta según las características del vehículo (privado, de transporte de pasajeros, de mercancía, etc.), además de ser un asunto en que hay vidas de por medio, incluidas las de los conductores.
De esta forma, los sistemas tecnológicos que producen los fabricantes de camiones y autobuses, hoy son aliados del conductor y este, a su vez, en un elemento fundamental de prevención de accidentes por lo que, resulta crucial capacitar a los conductores, de otra forma, carecerán de herramientas que sumen para tener un entorno más seguro en las carreteras y vialidades del país.
Al respecto, el último estudio del Instituto Mexicano del Transporte (MIT) midió que 70% de los accidentes carreteros se relacionan con el conductor. Mientras, la Alianza Nacional por la Seguridad Vial (ANASEVI) indica que hoy, la tasa de mortalidad vial es de 11 decesos por cada 100,000 habitantes, cifra que se ha reducido el doble los últimos 10 años, pero que sigue siendo inquietante si se miran las incidencias a nivel nacional, donde más de la mitad de los fallecimientos los acumulan nueve entidades: Jalisco, Guanajuato, Estado de México, Michoacán, Chihuahua, Ciudad de México, Sinaloa, Puebla y Nuevo León.
Es esencial que cada compañía detrás de flotas de transporte de mercancías o de pasajeros, dote a sus conductores de conocimiento y tecnologías para minimizar accidentes automotores, que dominen bien su uso y saquen el mayor provecho de la innovación en el sector. Para ello, es urgente seguir los siguientes puntos:
Cerciorarse de la experiencia del conductor
Comprobar datos básicos como mayoría de edad y verificar licencias correspondientes al vehículo a operar, no es ocioso. Además, conocer bien sobre si su experiencia es suficiente será clave para precisar cómo completar su preparación y qué tipo de instrucción ofrecerles. Esto privilegia su pronta y asertiva reacción durante algún percance vial.
Utilizar la tecnología y telemetría como aliadas
Verificar las formas de conducción a través de la tecnología que el transporte hoy día puede ofrecer. Por ejemplo, el control de velocidad dependiendo las zonas y la telemetría, que detecta puntos clave de la forma de conducir de los operadores que permite calificarlos con diversos parámetros; informa qué tan cuidadosos son para prevenir percances y es clave para limitar la velocidad del vehículo en áreas específicas marcadas en geocercas. Esta información servirá para darles retroalimentación e implementar mejores prácticas.
Otras herramientas muy útiles, son los simuladores activos, que acercan a los conductores a casos reales de conducción.
Brindar capacitación constante
Nadie debería de salir a carretera con un vehículo nuevo o que apenas conoce sin previa capacitación, pese a sus años de experiencia y conocimiento en diversos autobuses o camiones. Conocer previamente el vehículo a conducir evitará reacciones inesperadas en un siniestro, le facilitará asimilar la tecnología del tren motriz y el uso adecuado de las asistencias activas que posea el vehículo.
Un beneficio de una buena capacitación es el rendimiento de combustible (40% del costo operativo), lo que impacta positivamente en términos económicos y medioambientales, usando menos diésel para recorrer los mismos kilómetros.