Él no ha sido el único agorero del desastre. Ray Dalio, fundador de Bridgewater, uno de los fondos de coberturas más grandes del mundo, y el multimillonario Warren Buffett, coinciden con Roubini y sostienen que la deuda pública de Estados Unidos es impresionante y será el detonante de la recesión económica. Larry Fink, el jefe de BlackRock, recomienda no invertir en Bolsa durante un año.
Así, hay quienes aseguran que Estados Unidos ya está en recesión técnica, mientras que el consenso sostiene que aún no está en recesión pero corre hacia ella. El amargo coctel ya está puesto sobre la mesa: los indicadores de ventas mayoristas y minoristas van a la baja, la producción industrial también; la alta inflación va mermando cada vez más el poder adquisitivo de la población.
Bajo este panorama, se espera que la economía estadounidense entre en recesión al cierre de 2022. Aunque hay quienes dicen que será muy corta, tampoco será un picnic, por lo que hay que estar preparados frente a ésta.
¿Hasta dónde se puede prolongar una recesión? “Hasta mayo de 2023”, responde sin rodeos Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Grupo Financiero Base. “No hay forma de que México evite una recesión si Estados Unidos entra en una recesión. Las caídas en el PIB de México pueden darse hasta el siguiente año”.
Entones, es tiempo de la prospectiva entendida como la disciplina cuyo campo de estudio son los futuros, a los cuales se pretende analizar y construir en la medida de lo posible y cuyo objetivo central es anticipar lo que puede suceder, medir los riesgos, diseñar nuestro mañana preferido y promover el mejor futuro posible.
La única manera en la que podemos tener cierto control de las variables que nos van a afectar es hacer la prospectiva. Estos tiempos están dados para los ‘prospectivistas’. Ellos requieren de tiempo y espacio para construir los futuros, pero para fines de esta entrega van algunas de sus recomendaciones más básicas: