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#Entrelíneas | Guía para no ser arrastrados por la (inevitable) recesión

Un sabio consejo para tiempos tan inciertos como los actuales es realizar ajustes de coyuntura pero no de estructura, apunta Jonathán Torres.
lun 01 agosto 2022 06:18 AM
tipo de cambio de dolar a peso
La tasa de interés está subiendo y entonces el efectivo destinado a la deuda será mayor. Por lo tanto, es muy importante tener claro que habrá que destinar más dinero solamente para pagar intereses, señala Jonathán Torres.

(Expansión) - Los malos augurios no solo están desatados; quieren materializarse y generar entornos más volátiles y crudos. Estados Unidos acaricia la recesión económica, al tiempo que el ánimo de inversionistas y economistas pinta un horizonte sombrío con sus inevitables efectos multiplicadores en todo el mundo, México incluido.

Nouriel Roubini, mejor conocido como Dr. Doom (por sus fatales predicciones económicas), advierte que la recesión es un hecho consumado: “Hay muchas razones por las que vamos a tener una recesión severa y una crisis financiera y de deuda”, dijo el lunes pasado al calor de una entrevista con Bloomberg TV. “La idea de que esto va a ser corto y superficial es totalmente delirante”.

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Él no ha sido el único agorero del desastre. Ray Dalio, fundador de Bridgewater, uno de los fondos de coberturas más grandes del mundo, y el multimillonario Warren Buffett, coinciden con Roubini y sostienen que la deuda pública de Estados Unidos es impresionante y será el detonante de la recesión económica. Larry Fink, el jefe de BlackRock, recomienda no invertir en Bolsa durante un año.

Así, hay quienes aseguran que Estados Unidos ya está en recesión técnica, mientras que el consenso sostiene que aún no está en recesión pero corre hacia ella. El amargo coctel ya está puesto sobre la mesa: los indicadores de ventas mayoristas y minoristas van a la baja, la producción industrial también; la alta inflación va mermando cada vez más el poder adquisitivo de la población.

Bajo este panorama, se espera que la economía estadounidense entre en recesión al cierre de 2022. Aunque hay quienes dicen que será muy corta, tampoco será un picnic, por lo que hay que estar preparados frente a ésta.

¿Hasta dónde se puede prolongar una recesión? “Hasta mayo de 2023”, responde sin rodeos Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Grupo Financiero Base. “No hay forma de que México evite una recesión si Estados Unidos entra en una recesión. Las caídas en el PIB de México pueden darse hasta el siguiente año”.

Entones, es tiempo de la prospectiva entendida como la disciplina cuyo campo de estudio son los futuros, a los cuales se pretende analizar y construir en la medida de lo posible y cuyo objetivo central es anticipar lo que puede suceder, medir los riesgos, diseñar nuestro mañana preferido y promover el mejor futuro posible.

La única manera en la que podemos tener cierto control de las variables que nos van a afectar es hacer la prospectiva. Estos tiempos están dados para los ‘prospectivistas’. Ellos requieren de tiempo y espacio para construir los futuros, pero para fines de esta entrega van algunas de sus recomendaciones más básicas:

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Uno, realizar un diagnóstico de nuestros puntos fuertes y debilidades para luego ajustarlos a las condiciones que nos toca vivir. Dos, ubicar las megatendencias que nos permitan construir un planteamiento a cinco años (éstas no es posible revertirlas pero deben estar insertas en el proyecto de planeación estratégica a mediano y largo plazos). Tres, detectar los cambios que vienen a alta velocidad y que son erráticos.

Así, por ejemplo, un elemento a considerar en este momento es la volatilidad que existe con el tipo de cambio o el incremento del costo del dinero de tal forma que, poniendo todo esto en la ecuación, es muy pertinente tener claros los impactos que se pueden tener con los créditos, pero sobre todo cómo esto desencadenará múltiples consecuencias: mercancía más cara, un costo de crédito más alto para los proveedores, sobreprecios en el transporte de carga…

Un sabio consejo para tiempos tan inciertos como los actuales es realizar ajustes de coyuntura pero no de estructura. En otras palabras, no cambiar equipos, evitar los cambios sustantivos de corto plazo, no perder la estrategia y, mucho menos, despedir al talento esencial. En la toma de riesgos es importante no perder de vista que, al final, este tipo de olas recesivas son temporales, finitas.

Ahora bien, en lo inmediato, el mindset de un inversionista o de quien tiene un negocio tiene que considerar el control de costos, identificar cuáles están justificados y cuáles no para negociar con proveedores y definir la mejor fórmula que permita a todos los actores de la cadena asumir el incremento de precios. Dicho lo anterior, hay que cuidar la inflación que llega por costos y por gastos.

Otra historia son los créditos. La tasa de interés está subiendo y entonces el efectivo destinado a la deuda será mayor. Por lo tanto, es muy importante tener claro que habrá que destinar más dinero solamente para pagar intereses. También, lo que ocurrirá es que los deudores se van tardar en pagar, por lo que hay que tener mucho cuidado con las cuentas por cobrar.

Ante una recesión, es necesario medir si el negocio se verá afectado por un ‘alentamiento’ del sector en el que éste se encuentra, pues no es lo mismo operar en una industria elástica que inelástica. Con ello, la telefonía será la gran ganadora de esta historia pues tiene la capacidad de trasmitir rápidamente los impactos de costos y gastos a sus clientes. Los bancos también aumentarán sus ganancias.

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Un principio que resurge en tiempos como estos es que las recesiones se alimentan de sí mismas debido al recorte de gastos que los hogares realizan, al incremento de deudas y los impagos que caen en cascada; por ello, para las familias y sus integrantes los consejos son: cautela al comprar y endeudarse, y cuidar el empleo.

México, desde 2018, registra disminuciones de crecimiento. Claro, durante 2021 y 2022 se ha dado un crecimiento pero contra una base más baja. Lo que viene para adelante es una acentuación de esta situación; frenarse, frenarse, frenarse.

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La inmediatez del pensamiento de las empresas estadounidenses radicadas en México, en tanto, está en otra circunstancia. Sus preocupaciones no están hoy en la recesión. La bomba que estallará, advierten, está vinculada con la relación Estados Unidos - México y, específicamente, con la declaratoria que Andrés Manuel López Obrador lanzará el próximo 16 de septiembre en torno del capítulo eléctrico en el T-MEC. Al final, sostienen, la economía de su país se recuperará en 12 o 18 meses pero lo que venga con el acuerdo comercial puede resultar más dañino.

Nota del editor: Jonathán Torres es socio director de BeGood, Atelier de Reputación y Storydoing; periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión.

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