Todo indica que así será. El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos cayó 1.5% en los primeros seis meses del 2022. Los precios de las materias primas industriales descendieron sobremanera. Las barras de acero se desplomaron 18%, el cobre 17% y el aluminio 13%. Ni qué decir de los barriles de crudo.
Desde el ámbito de la economía, si en el segundo trimestre del año también desciende la economía estadounidense entonces se daría una recesión técnica, es decir, dos trimestres consecutivos de contracción.
Los últimos datos macro conocidos al otro lado del Atlántico sí anticipan una nueva contracción del PIB en el tercer trimestre del 2022, haciendo más real la posibilidad de una recesión económica a finales de año.
Hasta ahora, se sabe que la actividad privada en Estados Unidos sufrió una fuerte desaceleración este mes. Así lo muestra el índice PMI compuesto, elaborado por S&P Global. En este indicador, más de 50 puntos indican expansión de la economía y menos contracción y en junio la cifra fue de 51.2, el dato más bajo en cinco meses y prácticamente al filo del terreno negativo.
¿Cómo prepararse ante una posible recesión?
La dependencia con Estados Unidos es muy alta. México tendría que incentivar la inversión extranjera, pero desafortunadamente esta administración gubernamental no ha hecho prioritario atraer inversión al país.
En este sentido, la mejor manera de prepararse tanto en una empresa como en finanzas personales es bajar la deuda, pagar créditos o tarjetas de crédito, ahorrar y no gastar en cosas innecesarias. En cuanto a las empresas, éstas deben enfocarse en diversificar su base de clientes, productos o servicios, a través de la innovación.
La tasa de interés en Estados Unidos puede oscilar del 3.5% al 3.75%, de modo que en México el pronóstico va del 8.5% al 9%, mientras que la inflación puede alcanzar el 8.1% en el tercer trimestre del año.