Entre la información más importante de los PGPE23, está la estimación del crecimiento del PIB para el cierre de 2022. Ésta pasó de un 4.1%, en los Criterios de Política Económica de 2022 (CPE22), a un 3.4%. Lo importante aquí es que, a pesar de esta reducción, el gobierno federal espera que para finales de 2022 sus ingresos presupuestarios sean mayores a los aprobados en los CPE22 (6.5 billones de pesos contra 6.2 billones de pesos).
Este aumento en los ingresos presupuestarios, en principio, sería resultado de un incremento esperado en los ingresos petroleros vía un mejor precio (92.9 dólares contra 55.1 dólares) del barril de la mezcla mexicana de exportación (MME). En este sentido, los ingresos petroleros serían aproximadamente 1.6 billones de pesos contra 1.1 billones de pesos anteriormente. Sin embargo, en contrapartida, se estima que para el cierre de 2022 los ingresos tributarios sean menores (3.7 billones de pesos contra 3.9 billones de pesos).
Desde mi punto de vista, esta situación es posible debido al desempeño de las siguientes variables. Por un lado, tenemos un menor crecimiento del PIB y una política de estímulos al IEPS de combustibles. Estímulos, que según informó la SHCP el mes pasado, provocó que en el primer semestre del 2022 la recaudación del IEPS representara una pérdida para el fisco de alrededor de 22,055.0 millones de pesos.
No obstante, dado que el precio del barril de la MME es ahora mayor, el gobierno estaría obteniendo ingresos excedentes que se podrían usar para seguir pagando el subsidio y contrarrestar su efecto negativo.
Ahora bien, debemos decir que para los primeros seis meses del año la Recaudación Federal Participable observada está 16.8% por arriba de la registrada en el mismo periodo de 2021 (en términos nominales). Por su parte, el acumulado al primer semestre del Ramo 28 está 18.2% por arriba de lo registrado el año pasado y 9.7% contra lo aprobado en el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2022 (PEF22).
Más aún, la SHCP publicó en el documento de abril un monto estimado de Participaciones Federales de 1,033,108.6 millones de pesos, monto mayor en 13,618.5 millones de pesos a lo aprobado en la PEF22. En mi opinión, esto es una muy buena noticia para los estados y municipios.
A pesar de esto, debemos decir que, si bien se prevé una mejora en los ingresos presupuestarios del gobierno federal resultado de mayores ingresos petroleros, los PGPE23 consideran también una mayor inflación y un nivel más alto de tasa de interés. Con esto, es natural pensar que podría incrementarse el costo financiero de la deuda contratada por las entidades subnacionales.
Con todo esto en mente, el diagnóstico para las finanzas públicas subnacionales sería el siguiente. Por el lado de los ingresos que reciben los estados y municipios podemos decir que, con el incremento esperado en el precio de la MME, se beneficiarían los ingresos presupuestarios del gobierno federal y con ello las participaciones federales. Aunque, por otro lado, la menor expectativa de crecimiento económico nacional podría afectar negativamente la recaudación esperada de ingresos propios.
Sobre este último punto, habría que decir que, en los últimos años, muchos subnacionales han hecho grandes esfuerzos de fiscalización y de políticas de estímulos para promover el pago de impuestos locales por parte de la ciudadanía. Esto, sin lugar a duda, podría dar mayor flexibilidad a los estados y municipios en su proceso de presupuestación, considerando el monto de ingresos de libre disposición que recibirán.
Respecto a los capítulos de gasto, la expectativa de inflación para finales del año podría traducirse en presiones en algunos rubros como son Servicios Personales y Materiales y Suministros. Aquí hay que resaltar que, aquellos subnacionales que muestren menores déficit primarios y menores niveles de pasivos circulantes en sus cuentas públicas podrán generar con mayor facilidad estrategias que eficienticen la planeación y el control de gastos.