Esta discusión es muy importante para nuestro país, el segundo con menos vacaciones, después de Estados Unidos. En México, las y los trabajadores en la formalidad tenemos garantizados seis días de vacaciones después del primer año. A esos días habría que sumarle otros siete festivos en los que no se trabaja, lo que da un total de 13 días.
Este número es muy bajo comparado con Costa Rica (21 días) o Chile (30 días), que son países similares al nuestro. Y ni compararnos con los europeos como Austria o Francia, donde se otorgan 38 y 36 días respectivamente.
Hay estudios que muestran que las vacaciones elevan la creatividad, permiten liberar estrés y descansar para regresar con más energía. Esto en su conjunto puede aumentar la productividad de las organizaciones. Sin embargo, pareciera que el efecto no es lineal.
Un estudio de Jessica de Bloom, psicóloga de la Universidad de Tampere en Finlandia, encontró que los beneficios de las vacaciones tienden a disminuir de dos a cuatro semanas después. Esto implica que para incrementar el bienestar de las y los empleados es mejor tener desconexiones frecuentes, en vez de un periodo largo único durante el año.
Me parece que la conclusión de este estudio cobra relevancia para México, donde trabajamos demasiado. En 2021, un mexicano promedio trabajó 2,128 horas en el año. Cifra superior a la registrada para un costarricense (2,073) o un chileno (1,916).