Considero importante analizar el fondo de origen de estas nuevas organizaciones. De acuerdo a un estudio enfocado a la Generación Z (aquellos nacidos entre el año 2000 y el 2010) conducido por la Universidad de Stanford, este grupo de edad ve el trabajo y el lugar de trabajo fundamentalmente diferentes comparado con otras generaciones. Para la mayor parte de estos jóvenes, que por cierto han crecido en un mundo conectado a internet y expuestos a plataformas colaborativas como Wikipedia, el trabajo no está necesariamente definido como una actividad con un estricto horario o que se deba desempeñar en lugar específico e inamovible.
Así pues, hoy en día los que tenemos un equipo somos testigos de cómo hemos tenido que adaptarnos a los nuevos tiempos, empezando por encontrar formas de trabajar bajo un mix híbrido (presencial y a distancia) y ampliando nuestras responsabilidades, añadiendo a las implícitas del negocio, la de crear momentos de conexión a distancia que mantengan la creatividad y productividad en el equipo.
Si bien el monitoreo de la productividad se ha buscado desde la revolución industrial, en mi opinión lo verdaderamente disruptivo son las herramientas de monitoreo digital que han surgido últimamente.
Herramientas como WorkSmart, Time Doctor o UpWork ofrecen herramientas que permiten a empresas como en Estados Unidos monitorear a sus empleados midiendo el tiempo que pasan en llamadas o escribiendo correos electrónicos.
El impacto de esta medición digital de la productividad esta ampliándose a mandos medios y altos tanto si trabajas de manera remota como de forma presencial y a industrias tan diversas como la médica, donde hoy los equipos médicos registran su inactividad y la asumen, con razón o no, que es tiempo que no fue trabajado por ninguno de los doctores.
Bajo mi punto de vista, la pandemia, el home office y -hay que reconocer- el miedo de muchos directores a que su equipo no trabaje si no está “vigilado”, han resaltado la necesidad de monitorear de forma más eficiente la productividad; sin embargo, en esta búsqueda se ha llegado al extremo de crear una suerte de Big Brother 3.0 donde colocando software en los equipos de trabajo que prácticamente segundo a segundo registra el tiempo que un empleado está dedicado a tareas especificas de su labor y cuánto tiempo pasa en otras no relacionadas.