(Expansión) - Estamos siendo testigos de cambios importantes en la industria del entretenimiento dentro del segmento de las plataformas de streaming; el principal jugador de streaming en video anunció recientemente que, por primera vez después de años de imparable ascenso, su número de suscriptores caía por primera vez y esto, aunque no necesariamente indica una tendencia, sí pone un aviso en cuanto a cuáles son verdaderamente las reglas del juego en esta, aún nueva, industria.
¿Nuevas reglas del juego en las plataformas de streaming?
La plataforma en cuestión dio varias razones para justificar la caída de suscriptores, entre ellas el incremento de la competencia, el conflicto armado en Europa y hasta el poco control que tienen para que sus usuarios compartan su contraseña; sin embargo, considero que más que las razones, lo más importante de la noticia fue que el solo hecho de su anuncio afectó a otras compañías en su valuación bursátil, pues los analistas están viendo esto como una señal de atención, si bien no de alarma, de cómo podría perfilarse el futuro general de estas plataformas.
Quedan varias preguntas en el aire, la evidente es si ha valido la pena, como han hecho la mayoría de las compañías tradicionales, invertir millones para sumarse lo más rápido posible al negocio del streaming. Algunas más: ¿en dónde está el tope del mercado? ¿Cuánto están dispuestos los consumidores a dedicar de su ingreso para su entretenimiento? o si el streaming no resultará efímero comparado con el negocio de entretenimiento tradicional que tiene varias décadas de éxito y expansión probadas.
El mercado potencial del streaming con seguridad es enorme, pero los siguientes años serán claves y solo sobrevivirán aquellos jugadores que sepan adaptarse a las nuevas circunstancias como es el sacrificio de rentabilidad, pues los costos de producción del catálogo seguirán a la alza mientras los precios serán ajustados limitadamente o incluso bajarán para atraer más suscriptores; práctica por cierto que, en el largo plazo, me parece insostenible.
Al mismo tiempo los hábitos del consumidor continúan cambiando. De acuerdo con Deloitte, un 25% de los consumidores en Estados Unidos ha cancelado la plataforma que utilizaba en cuanto termina de ver la serie por la que se suscribieron en un primer momento, y son pocos los que después vuelven a suscribirse cuando vuelve a salir una serie popular.
Así mismo, continúa la fatiga digital y saturación a la que los consumidores nos hemos enfrentado en los últimos meses por la sobreoferta de plataformas y de catálogo. Incluso la parte creativa puede verse afectada porque los creadores, productores o narradores podrían limitar el desarrollo de nuevos proyectos ante la duda de la capacidad de las plataformas para mantener sus presupuestos de producción al ritmo que llevan hasta hoy.
El audio entretenimiento no es ajeno a estas mismas presiones, y aunque el número de jugadores ha crecido en menor medida que en video, finalmente e independientemente del formato, todas las plataformas compiten por un presupuesto (share of wallet) de entretenimiento limitado por hogar.
Queda por ver si las plataformas comenzarán a vender espacios publicitarios a cambio de ofrecer un precio de suscripción menor, lo que por cierto parecía un sacrilegio hasta hace poco; y si este cambio sustancial modificaría las reglas del juego, ya que las nuevas plataformas no tienen experiencia ni estructura de ventas publicitaria, y en cambio, los canales tradicionales, que se han aventurado más tarde al streaming, llevan años haciéndolo y tendrían una ventaja competitiva importante.
Nota del editor: José Alberto Parra García es Country Manager de Storytel empresa líder de streaming en audio. Previamente formó parte de los equipos de Apple y Amazon para Latino América. Ha sido profesor en la Universidad Anáhuac e ITESM y es graduado del IE Business School del programa Máster in Positive Psychology, Leadership and Strategy. Hoy es además colaborador de UBITS platforma de e- learning y dirige el podcast Budistas en Calzones . Síguelo en LinkedIn y/ escríbele a @pepeparragarcia Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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