(Expansión) - En estos momentos es difícil imaginar a alguien que no crea en la capacidad que tiene una crisis para redefinirlo todo. Basta con ver los cambios en el mundo empresarial de los más de dos años de pandemia para constatarlo, así como los pasos acelerados que se dieron hacia la transición digital en todos los ámbitos, que ahora, ya son parte fundamental de la vida de casi cualquier persona, sin importar su profesión, nacionalidad e incluso estrato socioeconómico.
En ese sentido, 2022 se ha presentado como un año igualmente (sino es que más) complejo que los de la emergencia sanitaria. El sobrecalentamiento de distintas economías simultáneamente ha llevado a una presión inflacionaria que tanto en México como en Estados Unidos supera el 8%, algo que tiene a los mercados al borde de una posible recesión que, en estimaciones realistas, bien podría extenderse hasta el segundo trimestre de 2023. Una inflación que, por cierto, impacta directamente los bolsillos de las personas y los ingresos de las empresas.