Pero en medio de grandes cambios, uno de los aspectos que más han desaparecido de los sectores de innovación es la idea de alcanzar el estatus de unicornio, para más bien privilegiar el no terminar como dinosaurio, es decir, una empresa en peligro de extinción.
Un segundo semestre del año interesante
El 2022 ha estado marcado por una serie de crisis derivadas por el sobrecalentamiento de la economía a nivel mundial, en buena medida por la serie de reactivaciones pospandemia y por el interés en activos alternativos en medio la emergencia sanitaria en mercados bursátiles.
Aunado a una serie de problemas por el conflicto bélico en Europa e interrupciones en las cadenas de suministro -incluso por cuestiones climatológicas-, se ha creado el escenario perfecto para que la inflación en todo el planeta esté por las nubes.
La respuesta a esa presión inflacionaria, por parte de los gobiernos, ha sido el aumento de las tasas de interés para tratar de sacar un poco de dinero del mercado y que el alza de precios se detenga. Por parte de la iniciativa privada, cada vez hay más reticencia a invertir en el corto y mediano plazo, en la medida que la incertidumbre en los mercados lleva al capital de riesgo a ser más conservador, por la posibilidad de una recesión que se extienda hasta mediados del próximo año.
De la abundancia a la supervivencia
En esa coyuntura está teniendo que operar las startups actualmente: con bajas en su liquidez—derivada de menor dinero en el mercado—y un impacto negativo en su capacidad de adquirir capital de riesgo por medio de inversión directa. La idea del unicornio rápidamente desaparece para dar paso al miedo de que una empresa se convierta en dinosaurio, con procesos ralentizados y poco óptimos de cara al futuro.
El cambio de lógicas ha ido de la abundancia al de la supervivencia. En el primer semestre de 2022, por ejemplo, el capital de riesgo en América Latina ha bajado en casi 70% en relación con el año inmediato anterior. Y solo las startups más audaces lograrán superar estas complejidades, ni se diga ya de que alcanzarán otra vez, próximamente, valuaciones por encima de los 1,000 millones de dólares en mercados que ya no son los mismos de hace algunos años.