Parecen preguntas simples, pero en la práctica no lo son. Muchas organizaciones continúan retadas en tener un claro propósito organizacional definido. El propósito es mucho más contundente que la misión. La misión nos contesta el por qué existimos, el propósito nos contesta cómo impactamos, qué resolvemos a nivel de comunidad, con nuestros colaboradores, con el país, en fin, con la sociedad en general.
De ahí la importancia que toda organización tenga una clara definición del propósito y adopte el mismo como gestión diaria para causar un impacto sostenible del negocio.
¿Y quién es el responsable de crear, comunicar, explicar, reforzar continuamente el propósito? Exactamente, el líder principal, el CEO. Su responsabilidad primaria es crear un propósito en el que todos los colaboradores, a todos los niveles, sientan una pasión por la contribución evidente que la organización hace a la sociedad, y que la misma promueva un alto nivel de engagement por parte de ellos.
Por su impacto, siempre recomiendo a las organizaciones construir un propósito claro, más que enfocarse en la definición de su misión. Un propósito es de alto impacto, sostenibilidad y un elemento invaluable de la contribución a los valores de ambiente, social y gobierno corporativo de la empresa (ASG / ESG).
Diversas investigaciones concluyen que el propósito tiene una fuerte correlación con el nivel de engagement de los colaboradores. A su vez, conocemos que un alto engagement tiene una correlación positiva y significativa con un sólido desempeño financiero.
Los colaboradores buscan decisiones y estilos de liderazgo de los que puedan estar orgullosos de respaldar, y gravitan hacia empresas que tienen un impacto claro, inequívoco y positivo en el mundo. Esta es una característica importante de la generación millennial y, en especial, de la generación Z.
El propósito se vuelve personal y emocional
Al igual que la visión, el propósito en conjunto con los valores organizacionales son los pilares para construir una organización de alto impacto, una organización sostenible, siempre y cuando exista un reforzamiento constante del líder principal, y de su equipo ejecutivo, en la congruencia de lo que dice y lo que hace. En otras palabras, son ellos los responsables directos de crear el alineamiento de todos en la organización.
Esto no se logra a través de los procesos de comunicación interna (esta es solo un reforzador), se logra a través de la congruencia, de las palabras, conductas y acciones, de todos los líderes principales.
La construcción de un propósito debe considerar los siguientes aspectos:
1. Hazlo VERDADERO: Alinea el mismo desde la propia perspectiva de los accionistas
Conectar el propósito con el corazón de su empresa significa reevaluar su núcleo: la perspectiva de los accionistas, la visión, la estrategia que persiguen, las operaciones que los impulsan y la organización misma. La perspectiva de los accionistas es fundamental para la sostenibilidad.
2. Sé INCLUYENTE
Cuando todos en la organización participan con su opinión buenas cosas pasan. Construir un propósito dando oportunidad a que las diversas voces sean escuchadas crea una poderosa fuerza, un compromiso, a ser custodios y campeones. A su vez, con ello crean inclusión, muy comentado, pero poco demostrado en muchas organizaciones.