(Expansión) - Para poder medir el comportamiento de una economía se precisa analizar la evolución de tres variables, la tasa de interés, la de inflación y el tipo de cambio. Al alterarse cualquiera de ellas, tarde o temprano, las otras dos se ajustarán, sin embargo, el efecto traumático que hemos vivido los mexicanos a lo largo de las décadas se presenta cuando el ajuste es brusco o no discreto, como dicen los economistas.
En México hemos vivido desajustes originados por el imprudente manejo de la política monetaria, siendo su relajación lo que ha generado inflación, ello, a la postre, modificó la tasa de interés y dramáticamente el tipo de cambio. Las devaluaciones registradas con posterioridad al año 70 fueron producto de la intromisión de decisiones políticas de corto plazo que también incrementaron el circulante a disposición del público. Más adelante, tuvimos serios problemas de confianza en el manejo financiero, gestándose un deterioro brutal del ahorro interno, provocado, en parte, por a la salida en estampida de capitales del país, tanto empresariales, como de personas físicas.