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#LetrasNetas | Peces que vuelven al río

El Día de Muertos, en el río Teuchitlán, Jalisco, fueron soltados a la corriente cientos de peces tiro dorado, una especie que se extinguió de los cauces de agua dulce del país en la década de los 80.
lun 09 enero 2023 06:16 AM
Peces que vuelven al río
El arca de los peces, un laboratorio de biología acuática que lleva adelante el científico michoacano Omar Domínguez, quien se ha encargado de ir protegiendo a peces en vías de extinción en los ríos y lagos mexicanos.

(Expansión) - En medio de los festejos del Día de Muertos, pasó desapercibida una noticia que es de esas para recortar y pegar con un imán en la puerta del refrigerador, para recordarnos que aún hay científicos mexicanos buscando recuperar la fauna mexicana.

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En el río Teuchitlán, en Jalisco, ese día fueron soltados a la corriente cientos de peces tiro dorado, una especie que se extinguió de los cauces de agua dulce del país en la década de los 80. Es una de las primeras experiencias de ‘restauración ecológica’ que impulsa el biólogo Omar Domínguez, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. La incorporación sin control de otras especies hizo desaparecer a estos pequeños y brillantes peces amarillos. Aún existen en otros países, pero se convirtieron en animales de ornato, una especie destinada –y acostumbrada ya– solo a nacer y crecer en cautiverio para su venta.

El proceso de regreso a su hábitat no es un operativo simple: hay que reacostumbrar a los peces a vivir en condiciones naturales nuevamente. Hace tres años, la universidad construyó estanques rústicos, al aire libre, con agua sin tratar y reproduciendo el ambiente del río para que aprendieran nuevamente a buscar su propio alimento, protegerse de los depredadores y hasta volverse inmunes a parásitos que en cautiverio no existen.

Pasado este primer entrenamiento, el segundo paso fue soltarlos (pero tantito) en el propio río Teuchitlán. En el último año vivieron en unas 20 jaulas flotantes desde las cuales los investigadores podían monitorear a diario la adaptación a la temperatura del agua y la resistencia a las corrientes e inclemencias. Una vez descubierto que eran ‘maduros’ para quedarse sin protección y continuar con el ciclo natural de vida, los peces fueron liberados el Día de Muertos, como una alegoría de quienes regresan a visitarnos desde lejos en esas fechas.

El caso de estos peces tiro dorado es el primero de los experimentos de un proyecto que se antoja hasta romántico en estos tiempos de deforestación, de desertificación, de tráfico de animales y de descuido absoluto de la flora y la fauna nacionales: se trata de ‘El arca de los peces’, un laboratorio de biología acuática que lleva adelante este científico michoacano, quien se ha encargado de ir protegiendo a peces en vías de extinción en los ríos y lagos mexicanos.

Los peces que se liberaron en noviembre son la descendencia de una pareja que llegó al país hace 20 años y fueron donados por un acuarista inglés. Desde entonces han estado viviendo este ciclo nuevo de regreso a la naturaleza que no se pudo concretar hasta 2022.

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Esta arca mexicana tan poco conocida en el país tampoco lo es por las autoridades. El fondeo de este proyecto (que tiene unas seis especies más en proceso de naturalización) llega desde el exterior: los patronatos de los zoológicos de Bauval, en Francia; el de Wilhelma, en Alemania; el Haus Der Mees, en Austria; la Ostrava, en República Checa; el Chester, en Inglaterra; las asociaciones de Poecilia Scandinavia, la American Liveaverer Association de Estados Unidos, la Mohamed Bin Zayed Species Conservation Fund de los Emiratos Árabes Unidos, Zoologische Gesellschaft für Arten- und Populationsschutz de Alemania, la Unión Europea de Curadores de Acuarios y el Goodeid Working Group.

Estas organizaciones aportan peces, conocimientos y dinero para realizar el regreso de especies mexicanas olvidadas, en ríos olvidados por funcionarios y gobiernos mucho más olvidados de estos pequeños milagros que ocurren casi en silencio y como una meta de biólogos y habitantes de una comunidad que se cansaron de escuchar promesas y salieron a buscar fuera cómo llenar un arca que agradecerán nuestros hijos y nietos.

Nota del editor: Bárbara Anderson es editora, columnista y speaker de negocios y finanzas. Activista de los derechos de personas con discapacidad; dirige yotambien.mx, un sitio de noticias sobre inclusión. Síguela en Twitter como @ba_anderson Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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