Una de las características de los años de exceso de liquidez y de auge en los mercados es la proliferación de supuestos “asesores en inversiones” que prometen métodos para ganar dinero de forma fácil y rápida. Lo anterior debería funcionar como advertencia, cada que alguien nos dice que encontró una forma fácil de hacer dinero debería ser suficiente para salir corriendo de ahí. Claro, en épocas de auge en los mercados y con suerte, habrá quienes hagan dinero de forma rápida, pero no es la regla, son excepciones.
De hecho, en la historia abundan ejemplos de supuestos genios financieros que descubrieron como ganar dinero fácilmente y venden esa ilusión. Aquí un spolier, esas historias que terminan en fraude y pérdidas. Ejemplos de lo anterior datan desde el siglo 19, cuando Gregor MacGregor prometía inversiones el país de Poyais, el cual era inexistente. Recientemente destacan los casos de Bernard Madoff en Estados Unidos (EU) o las noticias de fraude relacionado con criptomonedas. Basta con echar un vistazo a redes sociales, en donde influencers sin mayor certificación o experiencia ofrecen consejos sobre inversiones.
Volviendo al tema de invertir sobre la base de fundamentales, en términos generales nos estamos refiriendo a invertir con base en la información que tenemos disponible sobre los activos que nos interesan. Para el caso del mercado accionario, nos referimos al análisis de estados financieros de las empresas, así como el entorno macroeconómico, lo cual nos permite tener una perspectiva hacia adelante sobre el desempeño de la compañía y generar una expectativa sobre el precio de la acción.
Los rendimientos de 2022 nos dan un buen ejemplo de a qué nos referimos al analizar inversiones con un criterio fundamental. Durante ese año, el mercado accionario mexicano, medido por el Índice de Precios y Cotizaciones (IPyC), registró un retroceso de 9.0%; sin embargo, hubo acciones ganadoras y perdedoras. Los bancos mexicanos registraron buenos rendimientos, mayores a 50% en algunos casos, asociados a que en el año vieron un buen crecimiento en utilidades. Otras empresas que registraron buenos números y que lo reflejaron en el precio de su acción fueron Bimbo y Chedraui, por citar ejemplos.