Estamos hablando de la reciente creación de la Comisión Intersecretarial de Tecnologías de la Información y Comunicación, y de la Seguridad de la Información (Comisión ITICSI), que sustituye a la de Desarrollo de Gobierno Electrónico, existente desde 2005, con la diferencia de que a esta nueva se le sumó la tarea primordial de coordinar y conducir acciones para implementar políticas de TI y seguridad de la información de carácter federal.
Hasta este punto podríamos decir que la creación de la Comisión ITICSI es un paso adelante hacia un México Ciberseguro, pero estará en suspenso hasta que haya una Ley de Ciberseguridad que defina las políticas y los lineamientos en materia de Seguridad de la Información para todos los sectores del país, tanto gubernamentales como de iniciativa privada.
Así que, para lograr su misión, se necesitan tres cosas: Una, tener definidas las políticas dentro de la Ley de Ciberseguridad, lo cual está en proceso de delineación, actualmente. Dos, que se amplíe el ámbito de acción de la Comisión hacia Estados y Municipios. Tres, que se promueva, activamente, la integración de los sectores académico, social y privado, más allá de lo establecido en el papel.
Y es que si bien está especificado en el decreto publicado el 10 de enero que podrán invitar a las sesiones de trabajo a representantes de gobiernos estatales y municipales, estos no tendrán voto. Es el mismo caso para los sectores académico, social y privado, que solo tendrán derecho a voz.
No obstante, uno de los aciertos de esta Comisión es la obligación de la participación de todos los Titulares de las Unidades de Tecnologías de Información y Comunicación (UTICS) de las diferentes dependencias del Gobierno Federal, entre las cuales están aquellas que gestionan servicios indispensables para el funcionamiento de la sociedad.
Adicional a ello, están considerados la CFE, Pemex, IMSS, ISSSTE, SAT y el Centro Nacional de Inteligencia, organismos que tienen a su cargo la operación de servicios e infraestructura crítica, ya que, en caso de sufrir un ataque disruptivo, podrían poner en peligro, incluso, vidas humanas.