Es una maravilla que, como sociedad, cada vez haya más personas evocadas al trabajo interior donde se comprende que nos toca conducir nuestras metas desde el interior y conectar con nuestros principales motores.
Expertos en psicología nos dicen que si una persona no está en equilibrio emocionalmente hablando, es complejo que logre proyectarlo externamente y que consiga catalizar el mayor impacto de sus creaciones laborales… porque todo es un reflejo, o bien, una serie de actos consecutivos.
Regresando al tema de las personas que están en el mundo de los negocios, la oferta de wellness corporativo (o dirigida hacia líderes) es bastante robusta. Existen retiros, retos para conocerte mejor, terapia de hielo, limpias energéticas, coaching, etc.… y la lista aquí podría ser inmensa.
Pero, ¿a poco haciendo esto, y trabajando el bienestar interior, los resultados de negocios se consiguen?
En mi opinión, para manifestar las metas está más que perfecto trabajar en los vision boards, ser asiduo a las meditaciones y visualizaciones en donde constantemente trabajas el ‘verte’ hacia el futuro cumpliendo tus deseos; pero, sinceramente, si no llevas a la acción tus sueños a través de planes específicos, estos se quedan cortos para materializarse.
Aquí es donde entra el disfrute de llevar al negocio todo el trabajo interior. Por ejemplo, dedicarle mente y corazón a la realización de tu planeación anual y, sobre todo, seguirla con disciplina para así construir tu estrategia de crecimiento.
Impregnar en tu negocio esa disciplina en el proceso y el enfoque, de la misma manera que aplicamos a los procesos de meditación, nos facilita liderar nuestras creaciones en el balance. Si un líder se cuida a sí mismo, cuida a su empresa y a su equipo de trabajo.
Al trabajar con directivos y emprendedores recomiendo que veamos nuestros mapas con frecuencia. El mapa de la estrategia, el mapa del servicio al cliente, los exceles con metas, las métricas, etc. De esta forma, nuestro inconsciente toma la información para luego accionar.