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Emociones, ¿qué son y cómo las usa la Inteligencia Artificial?

La potencia de modulación afectiva que tiene la IA es utilizado por el ser humano, cosa que no tranquiliza ya que, históricamente, nosotros hemos sido nuestros peores depredadores.
mié 19 abril 2023 06:09 AM
Emociones, ¿qué son y cómo las usa la Inteligencia Artificial?
Los algoritmos digitales ya saben qué botones oprimir para dirigir personas; por eso son un aditamento muy pragmático para la publicidad moderna, señala Juan Carlos Chávez.

(Expansión) - En un mundo caótico entre mares de información destinados para manipularnos emocionalmente, comprender lo que ocurre al detonarse las respuestas biológicas automáticas que nos hacen actuar es sumamente relevante.

Para comenzar, debemos reconocer que las emociones son conjuntos de reacciones corporales diseñadas para regular el comportamiento. Dichas pautas se han sistematizado por más de 4,000 millones de años de evolución. En otras palabras, estamos predispuestos a conducirnos de formas específicas con base en aquello que ha representado ventajas de supervivencia.

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¿Cómo funciona? En resumen, desde lo más profundo, se ha documentado un extraordinario instructivo, conocido como genoma humano, que programa cómo nos vemos (fenotipo) y cómo tendemos a comportarnos (instintos).

Al descifrar los efectos conductuales del código, podemos identificar estímulos que provocan acciones humanas específicas.

Explotar este fenómeno no es nuevo; la política, propaganda y marketing lo han hecho durante milenios. Sin embargo, hoy en día nos enfrentamos a una situación en crecimiento exponencial debido al surgimiento de la Inteligencia Artificial (IA).

Digamos que los algoritmos digitales ya saben qué botones oprimir para dirigir personas; por eso son un aditamento muy pragmático para la publicidad moderna.

Hasta ahora, la potencia de modulación afectiva que tiene la IA es utilizado por el ser humano, cosa que no tranquiliza ya que, históricamente, nosotros hemos sido nuestros peores depredadores. Empero, se vislumbra en el horizonte un nuevo peligro: la posibilidad de que las automatizaciones guíen nuestras conductas por sí mismas.

Para ejemplificar con un ejercicio real, le pedí a ChatGPT4 que me diera cinco tácticas emocionales potentes utilizando las heurísticas y sesgos cognitivos que propone la economía conductual para conseguir votos en una campaña política. Esto es lo que respondió:

1. Efecto de mera exposición

Presenta al candidato de manera constante y en diversos medios para que los votantes se familiaricen con él o ella. La gente tiende a desarrollar una preferencia por las cosas simplemente porque están familiarizadas con ellas.

2. Sesgo de confirmación

Enfoca el mensaje en temas que ya son de interés para los votantes, haciéndoles sentir que el candidato confirma sus creencias y valores existentes. Esto facilitará que los votantes se identifiquen con el candidato y les resultará más difícil ser críticos con su plataforma política.

3. Anclaje

Establece un punto de referencia emocionalmente potente en la mente de los votantes al vincular al candidato con una causa popular o un tema de gran importancia. Esto influirá en cómo los votantes evalúan al candidato en relación con otros temas y candidatos.

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4. Efecto de halo

Construye una imagen pública positiva del candidato destacando sus logros y características atractivas, lo que hará que los votantes vean al candidato de manera más favorable en general y, por lo tanto, estén más dispuestos a apoyar sus propuestas políticas.

5. Sesgo de la aversión a la pérdida

Enfatiza los riesgos y las consecuencias negativas de no elegir al candidato en cuestión, haciendo que los votantes sientan que podrían perder algo valioso si no lo apoyan. La gente suele ser más sensible a las posibles pérdidas que a las potenciales ganancias.

Estas tácticas son muy eficientes porque se alinean a nuestros condicionamientos psicológicos como especie.

Y, ¿qué podemos hacer para protegernos de nuestros propios sesgos? Primero que nada, conocerlos y analizarlos. Segundo, entender que la libertad de decisión es un mito racionalmente absurdo: no tenemos control sobre lo que deseamos y los deseos son parte de una sistematización biológica asombrosamente estructurada. Una vez que aceptamos nuestra naturaleza, las emociones y los sentimientos se desmitifican y detectamos su influencia en nosotros.

Asumiendo nuestra posición como protectores de la vida misma, alimentando una visión amplia y ejercitando el pensamiento crítico, estaremos blindados contra mensajes y estímulos que buscan instrumentalizar nuestro espíritu.

Nota del editor: Juan Carlos Chávez es Profesor de Creatividad y Bioeconomía (Genética, Neurobiología, Biofísica y Psicología en un contexto económico) en el sistema UP/IPADE y autor de los libros Inteligencia Creativa (2022), Multi-Ser en busca de sentido (2021), Psico-Marketing (2020) y Creatividad: el arma más poderosa del Mundo (2019). Es director de www.G8D.com Agencia de Comunicación Creativa y consultor de cientos de empresas nacionales y transnacionales. Síguelo en Facebook , Instagram y LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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