Según el autor israelí Yuval Noah Harari la nueva tecnología conseguirá, en múltiples aspectos, ser más inteligente que los humanos para procesar datos e información, volviendo obsoletos varios puestos de trabajo.
De ser así, en las siguientes décadas, millones de abogados, arquitectos, contadores y demás profesionistas perderán sus fuentes preponderantes de ingresos. La pregunta es: ¿qué será de ellos y de gran cantidad de trabajadores hoy activos?
En mi opinión, la clave reside en la formación educativa de la siguiente generación de profesionales y empresarios. Por ello, resulta oportuno abordar las cuatro C’s como aliadas para hacer frente a un contexto de tribulaciones:
Uno
Pensamiento crítico -funciona mejor en inglés como “critical thinking” que empieza con la letra C-. Las escuelas y universidades debieran dejar a un lado la enseñanza basada en la memorización y centrarse en que los alumnos ejerzan su capacidad racional para cuestionar los fenómenos y problemas de su entorno, dando pie a la elaboración de soluciones viables.
De poco sirve registrar en la memoria fechas y hechos concretos, si ello no deriva en estimular el pensamiento racional, que lleve a los estudiantes a preocuparse por los retos y oportunidades del presente y el futuro. En pocas palabras, la educación debe ser la habilidad de responder a desafíos reales.
Dos
Colaboración es la capacidad de los seres humanos para trabajar en equipo. Cualquier logro de la raza humana que imaginemos, al menos, en el último siglo, ha sido producto de la cooperación entre personas.
Más aun, es conocido que, históricamente, los tiempos de guerra han sido sumamente fértiles en cuanto a desarrollo tecnológico y científico se refiere. Empero, ello se debe a la organización de fuerzas de trabajo especializadas y alineadas hacia un objetivo común -evidentemente, la motivación de vencer al enemigo no es la idónea para impulsar el progreso humano, aunque sí ha resultado muy potente-.
Si revalorizamos el poder de la cooperación entre pares, inculcándolo desde temprana edad en las nuevas generaciones, estaremos contribuyendo a crear grupos de individuos empoderados y capaces de superar problemáticas globales y complejas.
Tres
A través de la comunicación es posible establecer acuerdos y consensos respecto de prioridades por atender y metas por trazar. El lenguaje abstracto y sofisticado es lo que ha permitido a la humanidad evolucionar para convertirse en la especie dominante en el planeta, sobre otros seres vivos.
La cuestión es que los programas curriculares vigentes ponen poco o nulo interés en formar al alumnado como comunicadores efectivos, limitando considerablemente la práctica de herramientas que más tarde les servirían para ocupar posiciones de liderazgo y toma de decisiones.