(Expansión) - Cuando se habla de sistemas de pagos, típicamente nos remitimos a pensar en un consumidor presentando su tarjeta para liquidar su cuenta en un restaurante. Ese es el caso de uso más convencional en un entorno de pagos B2C, es decir, entre empresas y consumidores; sin embargo, los pagos B2B tienen una importancia más grande o mayor, pues las empresas y las millones de pymes que existen en el país también tienen que hacer pagos. Sin embargo, para ellos a veces no hay tantas facilidades o herramientas como para los consumidores finales.
Pagos B2B, un horizonte de retos y posibilidades para las pymes
Las tendencias en el entorno de pagos B2B han cambiado, así como las formas de realizarlos. Antes, los cheques reinaban en estos pagos. Podría escribirse un libro acerca de todas esas historias de terror que ocurrían con los cheques perdidos, robados o sin fondos. Donde incluso había que mandar a un colaborador en avión por el cheque y regresar a depositarlo a la sucursal, a ver si pasaba “en firme”.
Y aunque esto ya es prehistoria pues ahora los pagos electrónicos (vía SPEI) dominan este sector, la realidad es que siguen habiendo muchos retos. Por ejemplo, un pequeño comercio puede utilizar una terminal electrónica para recibir pagos de sus clientes pero, ¿qué pasa si el negocio quiere pagarle con una tarjeta a un contador por sus servicios o desea cubrir la renta del local con su línea de crédito? Simplemente no se puede de una forma sencilla y debe recurrirse a otra solución.
Las pymes por lo general hacen mínimo uso del crédito de sus tarjetas. Los plásticos corporativos son muy pocos y suelen emplearse en grandes compañías para gastos como comidas o viáticos. Es decir, son productos financieros con los que ya cuentan las empresas y tienen un valor, pero en los pagos B2B ese valor se diluye porque, aunque hay una línea de crédito disponible, no es posible usarla para pagar nómina, por ejemplo.
En LATAM, los pagos digitalizados y automatizados B2B tienen una penetración del 3%; mientras que en Estados Unidos esta cifra llega a 61%, lo que habla de las áreas de oportunidad que hay en la región.
En términos generales los bancos sí otorgan créditos a las pymes, pero lo hacen a empresas que tienen por lo menos dos años de antigüedad, lo cual limita el acceso de las nuevas compañías, esas que se están debatiendo en la guerra de los primeros años.
Liquidez es la palabra
La poca flexibilidad para opciones financieras B2B impacta en la liquidez, que es por mucho la principal amenaza de los pequeños negocios. Basta con un pedido o servicio importante para que se genere un desequilibrio en el flujo de efectivo; incluso si son negocios muy rentables.
Las pymes y sus desafíos son una gran área de oportunidad para el crecimiento de otras compañías como las plataformas de servicios financieros, quienes buscan atacar estos problemas históricos con soluciones novedosas, partiendo de un principio muy real: las finanzas de las empresas y las finanzas de los dueños de los negocios están muy entrelazadas entre sí.
Empresas como Pagaloop están abriendo un horizonte de posibilidades en un mercado tan rezagado como los pagos B2B, donde la innovación había quedado limitada a las transferencias electrónicas. Lo que la empresa ha hecho es una solución simple y poderosa para que las pymes puedan emplear el crédito de la tarjeta de crédito en pagos fundamentales, sin arriesgar su liquidez. No se trata de financiar o generar más deuda, sino de solventar de forma eficiente a las compañías.
Viejas tarjetas nuevos usos
Mientras que los pagos con tarjeta de crédito son el pan de cada día en las transacciones B2C, en la B2B no figuran. Brasil nos está tomando una ventaja gigante con el uso del PIX como instrumento de pago y ha batido récords con 134.8 millones de transacciones en un solo día. México tiene que ponerse las pilas e impulsar soluciones reales para los negocios.
El sistema financiero mexicano está perdiendo grandes oportunidades, tiene ante sí clientes muy valiosos: los emprendedores, que requieren de soluciones financieras que les ayuden a crecer y a seguir generando empleos.
Como inversionistas, vale la pena voltear a ver estas propuestas y apoyarlas para que puedan llegar a más empresas. El Venture Capital está viviendo un nuevo auge en donde las compañías que presentan soluciones reales y que tienen un equipo muy brillante y con experiencia serán las nuevas favoritas. Eso es lo bonito de una startup: irrumpir en algo que, a pesar de ser simple, nos muestre una nueva forma de resolver, generando apertura y flexibilidad. El futuro está ahí.
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Nota del editor: Jorge González Gasque está detrás de la consultora G2 Consultores, y los fondos de inversión G2 Momentum Capital y On Ventures. Programador desde los 13 años, consolidó su carrera creando software especializado para empresas. Siguelo en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas del autor.
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