Mariana Mazzucato, profesora en Economía de Innovación y Valor Público y fundadora del Instituto para Innovación y Propósito Público en University College de Londres (UCL) piensa que se debe a que los gobiernos no han adoptado un “enfoque orientado a la misión” como en el proyecto Apolo. La misión Apolo contó con un liderazgo ambicioso, metas claramente definidas y la interacción del sector público con la iniciativa privada, cuidando que no hubiera utilidades excesivas, pero sí incentivos a la innovación, comentó Mazzucato en una entrevista.
De acuerdo con ella, los retos que hoy tiene la humanidad son más difíciles que ir a la Luna, como los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, pero “si los gobiernos aplicaran el enfoque Apolo, orientado a la misión, podrían resolverlos”. Una de las primeras cosas que deberían considerarse en ese sentido, es lograr que las economías trabajen para la sociedad y no que ésta trabaje para la economía; ningún gobierno, por sí solo, puede enfrentar cualquier misión: "Todos los sectores deben participar y prestar gran atención a los contactos de adquisiciones", dice Mazzucato.
Del proyecto Apolo a la época actual, la rápida expansión del conocimiento y la creciente dependencia de la informatización, el análisis de los grandes datos y la automatización, están cambiando la economía del mundo desarrollado hacia una que depende más del capital intelectual y de las habilidades, y menos del proceso de producción. Es lo que se conoce como la Economía del Conocimiento, centrada en la importancia esencial del capital humano en la economía del siglo XXI.
El término "economía del conocimiento" fue popularizado por el famoso consultor de gestión empresarial, Peter Drucker, adelantándose a su tiempo por su énfasis en el conocimiento/habilidades, el análisis de datos y el rendimiento medible, y la gestión estratégica por objetivos (MBO).
La economía del conocimiento se caracteriza por la presencia de un mayor porcentaje de empleados altamente cualificados cuyos trabajos requieren conocimientos o habilidades especiales. A diferencia de lo que ocurría en el pasado, la economía moderna se compone más de industrias de servicios y empleos, que requieren pensar y analizar datos. Esta economía apoya y se nutre de la innovación, la investigación y los rápidos avances tecnológicos, y se considera el principal motor de la expansión masiva de lo que se conoce como empleos STEM (abreviatura de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), por eso la abrumadora mayoría de los trabajadores de la economía del conocimiento son extremadamente informáticos y están capacitados para crear modelos empresariales y financieros.
Otra característica de la economía del conocimiento es el desarrollo de "clusters" de industrias que se centran en una zona geográfica concreta. Algunos ejemplos son la concentración de empresas de ingeniería automotriz en Alemania, la tecnología informática en "Silicon Valley" en Estados Unidos y la industria electrónica en Corea del Sur.
Para Mazzucato los gobiernos podrían reestructurar el capitalismo para que sea inclusivo, sostenible e impulsado por la innovación. Desde ese punto de vista, los gobiernos podrían coordinar los sectores público y privado a gran escala para trabajar en problemas importantes. como la desigualdad.