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Misión Apolo y economía del conocimiento

¿Si el hombre pudo llega a la Luna, por qué no ha podido resolver grandes retos como el cambio climático, la pobreza o liberar de plásticos los océanos?
mar 29 agosto 2023 06:07 AM
Misión Apolo y economía del conocimiento
La misión Apolo contó con un liderazgo ambicioso, metas claramente definidas y la interacción del sector público con la iniciativa privada, señaló Mariana Mazzucato.

(Expansión) - Hace casi seis décadas, el entoncres presidenter Kennedy pronunció el famoso discurso del “disparo a la Luna” que derivó en el Proyecto Apolo que llevó al primer hombre al satélite natural de la Tierra. La base del discurso fue: “Decidimos ir a la Luna no porque fuera fácil, sino porque era difícil”, palabras que siguen asociadas a la obtención de grandes logros.

Al día de hoy, no falta quien se siga preguntando ¿si el hombre pudo llega a la Luna, por qué no ha podido resolver grandes retos como el cambio climático, la pobreza o liberar de plásticos los océanos?

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Mariana Mazzucato, profesora en Economía de Innovación y Valor Público y fundadora del Instituto para Innovación y Propósito Público en University College de Londres (UCL) piensa que se debe a que los gobiernos no han adoptado un “enfoque orientado a la misión” como en el proyecto Apolo. La misión Apolo contó con un liderazgo ambicioso, metas claramente definidas y la interacción del sector público con la iniciativa privada, cuidando que no hubiera utilidades excesivas, pero sí incentivos a la innovación, comentó Mazzucato en una entrevista.

De acuerdo con ella, los retos que hoy tiene la humanidad son más difíciles que ir a la Luna, como los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, pero “si los gobiernos aplicaran el enfoque Apolo, orientado a la misión, podrían resolverlos”. Una de las primeras cosas que deberían considerarse en ese sentido, es lograr que las economías trabajen para la sociedad y no que ésta trabaje para la economía; ningún gobierno, por sí solo, puede enfrentar cualquier misión: "Todos los sectores deben participar y prestar gran atención a los contactos de adquisiciones", dice Mazzucato.

Del proyecto Apolo a la época actual, la rápida expansión del conocimiento y la creciente dependencia de la informatización, el análisis de los grandes datos y la automatización, están cambiando la economía del mundo desarrollado hacia una que depende más del capital intelectual y de las habilidades, y menos del proceso de producción. Es lo que se conoce como la Economía del Conocimiento, centrada en la importancia esencial del capital humano en la economía del siglo XXI.

El término "economía del conocimiento" fue popularizado por el famoso consultor de gestión empresarial, Peter Drucker, adelantándose a su tiempo por su énfasis en el conocimiento/habilidades, el análisis de datos y el rendimiento medible, y la gestión estratégica por objetivos (MBO).

La economía del conocimiento se caracteriza por la presencia de un mayor porcentaje de empleados altamente cualificados cuyos trabajos requieren conocimientos o habilidades especiales. A diferencia de lo que ocurría en el pasado, la economía moderna se compone más de industrias de servicios y empleos, que requieren pensar y analizar datos. Esta economía apoya y se nutre de la innovación, la investigación y los rápidos avances tecnológicos, y se considera el principal motor de la expansión masiva de lo que se conoce como empleos STEM (abreviatura de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), por eso la abrumadora mayoría de los trabajadores de la economía del conocimiento son extremadamente informáticos y están capacitados para crear modelos empresariales y financieros.

Otra característica de la economía del conocimiento es el desarrollo de "clusters" de industrias que se centran en una zona geográfica concreta. Algunos ejemplos son la concentración de empresas de ingeniería automotriz en Alemania, la tecnología informática en "Silicon Valley" en Estados Unidos y la industria electrónica en Corea del Sur.

Para Mazzucato los gobiernos podrían reestructurar el capitalismo para que sea inclusivo, sostenible e impulsado por la innovación. Desde ese punto de vista, los gobiernos podrían coordinar los sectores público y privado a gran escala para trabajar en problemas importantes. como la desigualdad.

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No obstante, la sabiduría convencional continúa retratando a los gobiernos como toscas máquinas burocráticas incapaces de innovar o, en el mejor de los casos, regulando o corrigiendo los mercados cuando sienten que no van bien, en tanto que empresas del sector privado son vistas como emprendedoras que toman riesgos y son responsables de crear riqueza y valor en la sociedad.

Sin embargo, pienso que la intervención política en la innovación desvirtuaría la intensión hacia la ambición y generaría una ausencia de retroalimentación honesta; la supresión de los comentarios escépticos y la marginación de los comentaristas escépticos.

En resumen, el conocimiento proporciona la base para la experiencia técnica necesaria, las habilidades de recopilación y análisis de datos y las prácticas de gestión innovadoras que permiten a las empresas y negocios competir en la economía moderna y global. Los conocimientos y habilidades especializados pueden servir como activos productivos para que una empresa los emplee, o como productos para que una empresa los comercialice y venda.

Cuando los historiadores de la tecnología revisen los últimos 50 años, concluirán que Neil Armstrong exageró cuando anunció “un gran salto para la humanidad”. La “nueva frontera” de fines de la década de 1960 resultó ser, no el espacio, sino la tecnología de la información. Y el desarrollo de TI se caracterizó por una sorprendente ausencia de visión y dirección centralizadas.

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Nota del editor: Pedro López Sela es Managing Partner de FrissOn capital, el Fondo Deep Tech de América Latina, y Team Principal de ExO Builder, el ecosistema de emprendimiento tecnológico más diverso del mundo. Ha co-fundado 10+ empresas y entrenado a 5,000+ personas en casi todos los sectores en África, América, Asia, y Europa. Es un autor de bestsellers de innovación, negocios y emprendimiento reconocido globalmente. Como ponente internacional ha compartido escenarios con Peter Diamandis, Bob Dorf, Jeff Hoffman, Carlos Slim y Salim Ismail, por mencionar algunos. Síguelo en Twitter y en LinkedIn . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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