(Expansión) - El sistema financiero está lleno de retos, quizá para unas empresas el contexto es más desafiante que para otras. Las fintech como industria siempre han tenido que remar a contracorriente; cuando irrumpieron en el panorama financiero, en buena medida enfrentaron el problema del reconocimiento y obtención de confianza del mercado, tanto frente a reguladores como a instituciones tradicionales, sin dejar atrás a los usuarios finales. Y, sin embargo, poco a poco han logrado surfear entre los altibajos del ecosistema y salir a flote.
Entre fantasmas y retos: la nueva vida del sistema financiero
Es verdad que los retos actuales ya no son los mismos que hace un par de años. Basta con ver a las fintech que en ese entonces tenían mayor acceso a capital y no era raro que muchos unicornios fueran de este tipo. Pero el golpe de Silicon Valley Bank aún se respira en el aire y estas compañías aún no se sobreponen del todo.
Pero si algo las mantiene a flote es el gran potencial que tienen para impulsar la inclusión financiera y apalancarse de la tecnología como herramienta de crecimiento, por eso siguen y seguirán vivas. Para los bancos la premisa es la misma: la tecnología se ha convertido en el gran diferenciador.
La industria financiera en su conjunto tiene grandes fantasmas, desde la inflación que a inicios de año nos quitaba la respiración, hasta la posible criptoextinción . Pero si algo queda claro es que lo que necesita el sistema financiero hoy es ganar clientes en medio de un clima mercantil altamente competitivo y cada vez más poroso.
¿Simples problemas operacionales?
En medio de la pandemia por covid-19, la industria vio un renacimiento poderosísimo que tiene todo el sentido del mundo: en la medida que las personas y los negocios vieron mermados sus ingresos, tuvieron que voltear a ver a instituciones financieras dispuestas a prestarles el dinero, esto no sólo impulsó la penetración de los nuevos jugadores como las fintech, sino que flexibilizó y digitalizó al sistema en su conjunto.
El nuevo reto del sector es mantener el crecimiento del pasado y usar la tecnología con miras a un mejor futuro. Pensemos en herramientas de Inteligencia Artificial que mejoren la toma de decisiones crediticias y que permitan una evaluación de candidatos más profunda con base en data alternativa.
Esto va más allá de simples problemas operacionales, puesto que crea espirales de complicación que, para efectos prácticos, son círculos viciosos: a mayor porcentaje de morosidad, más dinero y esfuerzos invertidos.
El presente no se trata sólo de salir a buscar clientes y de ofrecer un gran servicio, sino de otorgar valor. Las fintech lo hicieron cuando voltearon a ver a la población no bancarizada, pero un buen producto es sólo el primer paso, el siguiente es educación financiera y aquí la tecnología también es clave.
Educación y alianzas
La educación financiera sigue siendo uno de los grandes pendientes del país y en la medida en que las personas puedan empoderarse de sus herramientas y recursos, la inclusión financiera tendrá un alcance mayor. Se trata de tener personas con mejor calidad de vida, no con deudas impagables.
Hoy el mayor reto del sistema financiero está en sus clientes. La calidad, experiencia de usuario y atención serán los pilares de la industria del futuro, y para cada uno hay una solución impulsada por la tecnología. Así que las mejores armas estarán en las alianzas entre empresas con miras a sumar conocimiento, tecnologías y expertise. Los espacios para compartir anécdotas y conocimiento también serán invaluables para afianzar un networking efectivo.
Los fantasmas del pasado no tienen que ser parte de los desafíos actuales. Los esfuerzos conjuntos son los que dotarán de robustez a la industria. Esto requerirá desarrollar productos que atiendan las necesidades de las personas y que sean aplicables para las empresas. El viejo refrán de “la unión hace la fuerza” será el lema del ecosistema.
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Nota del editor: Sebastián Medrano Gallo es economista y especialista en temas fintech. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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