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Acciones clave para trabajar en la reducción de emisiones rumbo al “Cero Neto”

Si partimos de la idea de que gran parte del trabajo que realizamos en oficinas y empresas requiere de uso de energía eléctrica, es aquí en donde se pueden tomar las primeras acciones.
mié 25 octubre 2023 06:00 AM
(Fotografía temática de empresa sustentable)
Existen alternativas para compensar nuestra huella de carbono en lo que transitamos hacia una tecnología para lograr cero emisiones, apunta Gabriel Fernández.

(Expansión) - Reducir las emisiones para llegar a un cero neto en el año 2050 es una labor que podría parecer difícil de alcanzar si se trata de una empresa pequeña. Sin embargo, todas las acciones abonan un grano de arena que puede hacer la diferencia sin importar que se trate de un consorcio grande o una pyme.

Indiscutiblemente el tema del NetZero, o carbono cero, nos atañe a todos los habitantes del planeta, por ello no hay pretexto para argumentar que solo las grandes empresas pueden hacer algo para aportar a esta tarea a la que nos invitó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el fin de que la temperatura del planeta no se eleve más de 1.5°C.

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Si nos lo proponemos encontraremos varias formas reducir emisiones sin la necesidad de invertir grandes cantidades de dinero. Para ello, un primer paso es identificar los factores con los que interactuamos a diario que son aportadores de GEI. A partir de ahí podemos tomar decisiones sobre si es viable hacer una inversión o si lo correcto es tomar acciones alternativas e incluso, si es posible delegar esta responsabilidad mientras definimos una acción acorde a la capacidad de nuestro negocio.

Una verdad indiscutible es que los combustibles fósiles todavía son la fuente número uno de emisiones de GEI. Además, la generación de energía, los edificios, la industria y el transporte son responsables de cerca del 80% de las emisiones globales y el 20% restante corresponde a la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra . Por ello, se necesitan estrategias puntuales para lograr una verdadera reducción de emisiones en toda la sociedad.

Si partimos de la idea de que gran parte del trabajo que realizamos en oficinas y empresas requiere de uso de energía eléctrica, es aquí en donde se pueden tomar las primeras acciones. Existen medidas que son muy elementales y en consecuencia están al alcance de cada uno de nosotros de manera que no se requieren grandes inversiones sino disciplina y conciencia.

Por ejemplo, podemos comprometernos con acciones específicas en las que podemos involucrar a cada uno de los integrantes de nuestra compañía, de manera que sus lugares de trabajo nos ayuden a reducir nuestras emisiones, gracias a una participación integral en la que todos colaboramos como una familia empresarial.

Este compromiso puede extenderse a nivel hogar, de manera que la cultura de consumo responsable de energía termina por permear tanto en las instalaciones de la oficina, como en casa, con acciones como el simple hecho de apagar las luces cuando no se está en una habitación; reciclar los desechos que se generen; contribuir en labores de reforestación; preferir alimentos locales; dosificar el consumo de agua en casa; secar la ropa al sol en lugar de usar secadoras; utilizar la bicicleta en traslados cortos y la implementación de jornadas mixtas con trabajo desde casa, entre otros.

A nivel logístico, también podemos implementar opciones diversas, como el uso de vehículos híbridos o eléctricos, procurar un mantenimiento constante de las unidades motorizadas, checar el nivel correcto de las llantas para reducir el consumo de combustible, implementar buenos hábitos de conducción, o el uso de aplicaciones o software para optimizar rutas de entrega de productos. Con la aplicación combinada de todas estas estrategias podríamos ayudar a reducir hasta en 20% las emisiones de CO2 .

Existen además alternativas para compensar nuestra huella de carbono en lo que transitamos hacia una tecnología para lograr cero emisiones. Una de ellas es la compra de créditos de carbono que se encuentran en los proyectos de absorción de CO2 para compensar las emisiones de una empresa o una persona .

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De igual forma, existe la posibilidad de apoyarnos al asociarnos o invertir en empresas que se dedican a capturar carbono, una opción que se vislumbra muy prometedora si tomamos en cuenta los datos revelados por Fortune Business Insights. Estos señalan que el mercado mundial de captura y secuestro de carbono pasará de 2,010 millones de dólares en 2021 a 7,000 millones en 2028, lo que ha impulsado al desarrollo de numerables startups que se dedican a la captura de carbono .

Estas medidas son una acción estratégica si lo que se requiere es tiempo para no tomar una decisión precipitada con una solución que quizás no es la adecuada para un negocio, ya que al igual que cada pie tiene una condición especial y por lo mismo requiere de un calzado determinado, cada empresa posee características de las que se tendrán que derivar acciones que de verdad le permitan bajar sus emisiones.

A final de cuentas, la peor estrategia es “no hacer nada” y dejar que los demás actúen con la esperanza de que al final seremos los beneficiarios pasivos de todas las acciones implementadas. Hay que recordar que toda acción, por pequeña que sea, es valiosa y la balanza puede inclinarse hacia el éxito o el fracaso por la simple diferencia del peso de un grano.

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Nota del editor: Gabriel Fernández es director general de Mars Wrigley Latinoamérica Norte. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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