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Personas de la tercera edad, ¿una carga social o una oportunidad de mercado?

El estado emocional de la mayoría de adultos mayores va de regular a malo y con pocas expectativas mejorar, ya que su incorporación a la sociedad ha sido excluida de aspectos productivos y sociales.
jue 02 noviembre 2023 06:00 AM
Personas de la tercera edad, ¿una carga social o una oportunidad de mercado?
Los adultos mayores son un nicho de mercado que podemos atender, rediseñando los espacios públicos y privados para iniciar su reintegración social y enriquecernos todos y todas de la experiencia, considera Rocío Robles Serrano.

(Expansión) - En México, el 14% de la población tiene más de 60 años. Si bien no somos un país mayoritariamente ‘viejo’, la población adulta mayor representa un porcentaje importante a nivel nacional.

La mayoría de ellos vive con sus familiares; sin embargo, presenta una importante carencia de servicios, desde salud pública, hasta entretenimiento. Su día a día se convierte en una dinámica repetitiva entre idas a consultas médicas y esperar a que llegue el fin de semana para que, con suerte, lleguen los nietos a visitarles o llevarlos al supermercado. Si viven en ciudades grandes con casinos, se vuelven asiduos visitantes ya que les dan descuentos o les regalan la comida si juegan o apuestan.

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El estado emocional de la mayoría va de regular a malo y con pocas expectativas de que mejore, ya que su incorporación a la sociedad ha sido excluida de los aspectos productivos y sociales, y eso les genera un estado de frustración, que lejos de ser atendido, se alimenta del abandono de políticas públicas.

En otros países, los adultos mayores cuentan con mayor independencia económica y con una oferta de servicios especiales que les permiten mantenerse ocupados y felices.

Veo con tristeza que siendo mentes brillantes, muchos de nuestros abuelitos son relegados y su rol se limita a cuidar de sus nietos. Las familias mexicanas no están preparadas y la mayoría no cuenta con el tiempo y recursos para construir una relación armónica y paciente con ellos.

Espacios incluyentes

En el 2006, viví seis meses en una ciudad que se llama Scottsdale, en Arizona. Esa ciudad fue diseñada como un destino de retiro para adultos mayores en Estados Unidos. Para mí fue una gran experiencia ver cómo en las calles, centros comerciales, museos y centros de entretenimiento, la mayoría de la población gozaba de espacios adaptados para su movilidad y ofertas especiales, esto los hace sentir seguros y les da un estilo de vida activo e independiente.

México no está preparado para lo que viene, ni para lo que hoy tenemos. Ni las casas, ni las banquetas, ni los espacios públicos están adaptados para que los adultos mayores puedan circular libremente, comprar o pasar tiempo de calidad.

A raíz de la pandemia, tuve la oportunidad de regresar a casa de mis padres a pasar tiempo en home office y parte de mis ahorros los dediqué a arreglarles la casa. Después de varias semanas de buscar, sin éxito, un servicio que se dedicara a remodelar espacios para adaptarlos para adultos mayores, conseguí a un albañil quien me apoyó a realizar todas estas labores y logramos construir un espacio donde hoy se mueven con más libertad y seguridad.

En un principio hubo resistencia y enojo, principalmente de mi padre, quien a sus 79 años sigue trabajando por elección, como maestro universitario, hecho que lo mantiene activo mentalmente. Después de varias discusiones, conseguí negociar que me permitiera tirar todos los objetos inservibles que acumuló a lo largo de décadas a cambio de convertir esos espacios, y patio, en un área para organizar carnes asadas para que pudieran convivir con los nietos y la familia.

Pero algo que no hemos logrado como sociedad es que exista una convivencia sin exabruptos, sobre todo ante el tema político. Durante la pandemia, nuestros ancianos, aislados la mayor parte del tiempo, recibieron demasiada información institucional, que aunada a la mal llamada “beca de AMLO” (apoyos que ya existían desde hace tres sexenios, pero que se flexibilizaron las reglas para ampliar la base que recibía el apoyo), generó un sesgo que les hace creer y defender la visión nacionalista y populista de la narrativa oficial; como que ya se erradicó la corrupción y que la vía correcta es eliminar la participación del sector privado en México.

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¿Qué nos falta para poder incorporarlos a la realidad? ¿Cómo podemos devolverles la independencia (principalmente mental) que perdieron en estos últimos años? ¿Son los adultos mayores un negocio electoral para los gobiernos populistas? Yo creo que sí, pero también son un nicho de mercado que podemos atender, rediseñando los espacios públicos y privados para iniciar su reintegración social y enriquecernos todos y todas de la experiencia. Los gobiernos tienen frente a sí una gran oportunidad para atender a los adultos mayores y diseñar políticas públicas “desde lo local” para impulsar la reconstrucción del tejido social.

En poco tiempo, los adultos mayores no serán sólo el 14% de la población, sino muchos más; pensar en ellos hoy es pensar en nosotros mañana, en el futuro y la calidad de vida que queremos tener.

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Nota del editor: Rocío Robles Serrano es experta en políticas públicas y socia fundadora de Lobbying México. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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