La relocalización de las cadenas de suministro es visto como el hito que México esperaba para detonar su crecimiento económico, gracias a la captación de futuras inversiones. De acuerdo con McKinsey & Company, la perspectiva de máximo potencial proyecta 70,000 millones de dólares (mdd) para 2030. Pero, junto con los desafíos que se enfrentan para contar con agua y energía suficientes para satisfacer las necesidades, hay otro elemento que podría desinflar las expectativas: la carencia de talento humano especializado.
“Las oportunidades se nos pueden ir de las manos. No tengo duda de que la inversión llegará, pero la gran pregunta es si vamos a alcanzar el full potential. Ese es el riesgo más grande”, afirma Miguel Ángel Alcaraz, socio de McKinsey & Company Mexico. “Hay preocupación por la falta de talento más sofisticado, pero estamos frente a una oportunidad histórica, única”.
“No tenemos las manos suficientes. Habrá guerra entre empresas para generar y mantener al talento bien calificado. La falta de talento sí se empezará a complicar y eso obligará a las empresas a valorar más a su personal y darse cuenta que éste es la piedra angular del éxito”, complementa Gabriel Maldonado, director de Ventas de Nómina, Digitales y Canales Alternos de Citibanamex.
La ola de inversiones en México está creciendo. En 2022, reporta Deloitte, la IED superó los 36,000 mdd, mientras que al primer semestre de 2023 se colocó en 29,000 mdd. Esta tendencia, sostiene ManpowerGroup, podría dar un fuerte impulso al empleo, con la creación de entre dos y cuatro millones de trabajos para 2030.
Por lo tanto, todo mundo podría contar una buena historia gracias al nearshoring, pero todo depende de las manos que se tengan para escribirla. Y, en función de la data disponible, los finales felices no están del todo garantizados.
Dentro de los Criterios Generales de Política Económica del Paquete Económico 2024, la SHCP pretende instrumentar una serie de iniciativas para desarrollar la reconversión de habilidades en el contexto del nearshoring. Sin embargo, advierte ManpowerGroup, 77% de los empleadores a nivel global informa que tiene dificultades para
cubrir los puestos que necesitan y, en el caso de México, la tasa es de 69%. La falta de talento se acentúa en sectores como Tecnologías de la Información, Manufactura, Transporte, Logística y Automotriz.
Así, el nearshoring nos está agarrando con los dedos en la puerta. Algunas universidades y clusters ya están adaptando sus planes de estudio y capacitando al talento para cubrir con la demanda de empresas, principalmente, chinas y estadounidenses. Pero la demanda ya está aquí.
“Muchas inversiones están siendo comprometidas y en proceso de ejecución. Sí vamos tarde porque en algunos casos, sobre todo el talento más sofisticado no se puede entrenar de un día para el otro. Tienes que dedicarle hasta dos años para construir las competencias. Eso nos mete un sentido de urgencia”, dice Miguel Ángel Alcaraz.
Los escenarios, ante estas circunstancias, pueden ser diversos:
Por ejemplo, se puede repetir la historia contada hace unos años con el boom automotriz en El Bajío, cuando las plantas ensambladoras atrajeron a mucha mano de obra bien calificada, la actividad económica de la región se aceleró, junto con el ‘robo de talento’. También, podría intensificarse aquella tesis que sostiene que la actividad económica del país trabajaría a diferentes velocidades; una, a buen ritmo, en las zonas industrializadas; otra, lenta y con muy baja productividad, en las regiones poco conectadas.