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Desafíos financieros para las empresas en el súper año electoral

Hay que concientizar sobre los desafíos económicos en 2024, más allá del contexto que vive nuestro país. Una buena planeación financiera aplica tanto a personas físicas como a las morales por igual.
lun 12 febrero 2024 06:05 AM
Desafíos financieros para las empresas en el súper año electoral
En este año electoral y ante los desafíos económicos que enfrenta México, las organizaciones deben adoptar un enfoque proactivo y estratégico para asegurar su estabilidad financiera y crecimiento, apunta Pablo Pérez.

Este año se celebrarán elecciones federales y la concurrencia de las 32 entidades federativas de México acudirá a las urnas. La dinámica de este “súper año electoral” –como lo han llamado algunas voces expertas– tendrá un impacto directo en el ecosistema de negocios del país, al modificarse políticas económicas, monetarias, de infraestructura, así como de otras índoles relevantes para la toma de decisiones empresariales.

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Para el sector corporativo y financiero, esto puede impactar en la toma de decisiones y los flujos de inversión, especialmente en la era de la hiperglobalización. Si a esto le sumamos otros factores como la inflación, las tasas de interés y los cambios en el salario mínimo, el empresariado mexicano debe diseñar una estrategia holística basada en la colaboración, eficiencia de los procesos administrativos, protección del flujo de efectivo, maximización de la capacidad instalada y el esfuerzo para integrar sus negocios, estrategias o procesos.

Quisiera enfocarme en tres temas claves, que probablemente impactarán en los años venideros. Empecemos por el tema del aumento al salario mínimo. Esto sin duda forma parte de la expectativa de los sectores más vulnerables, lo cual celebro, pero también es cierto que el costo de los profesionistas especializados tenderá a ser más alto; generando una potencial espiral inflacionaria por la necesidad de las empresas de recuperar los costos asociados a dichos ajustes.

Es posible que estos ajustes puedan ser en cierta medida socialmente equitativos, pero aun no se tiene el contexto de la propuesta ni de los mecanismos para financiarla.

Ante esto me surge la pregunta: ¿Están preparadas las organizaciones? ¿De dónde se obtendrán los recursos para financiar los ajustes retroactivos y los futuros? Una postura de actualización constante y vigilancia de los cambios podrá generar una planeación estratégica, anticipada y con análisis de datos, lo cual es primordial para hacer las adecuaciones necesarias –siempre tomando en cuenta el desarrollo de las personas­ y la salvaguarda de los márgenes de ganancia de la empresa–. Actualmente existen soluciones digitales que facilitan estos procesos y que permiten hacer minería de información para tomar mejores decisiones.

Por otro lado, las empresas deben tener en la mira otro aumento: el del IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios). Este incremento aplica para productos como el tabaco, las bebidas azucaradas (refrescos), pero también para la gasolina. Este gravamen es fundamental para las cadenas productivas y logísticas, un sector que es motor de la economía, pero también de nuestras redes de proveedores. Realizar una revisión constante de éstos para encontrar verdaderos socios de negocio es una decisión inteligente y permitirá la eficiencia de los costos.

Por su parte, como líderes en nuestros sectores debemos apostar por la educación financiera de todas y todos los integrantes de la organización. Estos cambios fiscales y contables deben ser informados con claridad y la toma de decisiones debe visualizar como audiencia final a las personas. En otras palabras, hay que concientizar sobre los desafíos económicos en este 2024, más allá del contexto que vive nuestro país. Una buena planeación financiera aplica tanto a personas físicas como a las morales por igual.

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Como director financiero, soy consciente que un cambio de administración crea un ambiente sensible, pero no debemos perder el enfoque en nuestro activo más importante: las personas. Analizar la posibilidad de ajustar compensaciones o trabajar en salarios emocionales, así como priorizar los planes de carrera y explorar movimientos horizontales son posibilidades que podemos considerar frente a la incertidumbre.

En este año electoral y ante los desafíos económicos que enfrenta México, las organizaciones deben adoptar un enfoque proactivo y estratégico para asegurar su estabilidad financiera y crecimiento. Asimismo, deben priorizar la retención del talento mediante el cuidado de su bienestar a través de una comunicación transparente sobre la importancia de la planeación y prevención. Esto nos permitirá navegar mejor las complejas aguas del 2024.

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Nota del editor: Pablo Pérez cuenta con más de 25 años de experiencia en finanzas, Share Services Center, contraloría, contabilidad y auditoría, a nivel de Latinoamérica y principalmente en empresas transnacionales como Swissport, Alorica, Janssen, Fedex, Pfizer y Kraft Foods, entre otras. Actualmente se desempeña como director financiero (CFO) de KTSA (KPMG Technology Services Americas). Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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