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¿Qué es la biointeligencia?

No solo es un instrumento para vender, esa es solo una de sus funciones más superficiales. Significa un necesario para resguardar la evolución, trascender y encontrar experiencias sublimes.
vie 08 marzo 2024 05:58 AM
¿Qué es la biointeligencia?
Para los seres humanos, más allá de los impulsos instintivos y emocionales, se encuentran motivadores más entrañables que nos conducen a proteger la maquinaria vital, apunta Juan Carlos Chávez.

Por su etimología, la palabra inteligencia implica “elegir entre opciones”. ¿Elegir para qué? Eso dependerá del objetivo que se plantee. A nivel instintivo, para sobrevivir individualmente y, en un estrato más profundo, para proteger la prevalencia de la vida en todas sus manifestaciones.

Resumiendo el modelo que documento en el libro Biointeligencia Estratégica, el prefijo bio acompañando a la palabra inteligencia implica optar por las alternativas más adecuadas para alcanzar diferentes metas, considerando los condicionamientos biológicos que presenta la conducta humana.

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Dichos condicionamientos podemos diferenciarlos con base en su origen (etiología) y los patrones conductuales que promueven de la siguiente forma:

Condicionamientos genéticos

Se trata de motivadores innatos que se determinan por medio de la selección natural con base en aquello que ha representado ventajas de supervivencia en el mapa evolutivo. Nuestro código genético no solo especifica cómo nos vemos o conformamos sino también cómo tendemos a actuar (instintos). Por ejemplo, todos los Homo sapiens buscamos ser escuchados; a nadie le produce una sensación agradable ser ignorado o censurado; se trata de uno de muchos impulsos definidos filogenéticamente.

Condicionamientos neurofisiológicos

Cuando reconocemos que las emociones son estados físicos del cuerpo, se revela la forma en que estamos programados los seres humanos para reaccionar frente a diversos estímulos. Los sentimientos, siendo la interpretación mental de dichos movimientos fisiológicos, exponen el carácter deseable o no de los estímulos. Por ejemplo, ¿qué te dicen tus emociones sobre comerte o no ese pastel de chocolate que tienes en frente? Seguramente, que te lo comas porque te hará sentir placer. Ese es un condicionamiento emocional-sintiente (neurofisiológico).

Condicionamientos psicológicos

Los fenómenos psicológicos integran cómo recopilamos, procesamos y retenemos la información que percibimos a través de nuestra experiencia. Uno de los atributos de dichos sistemas es la facultad racional, nuestra capacidad de detectar causas-efectos y argumentar de forma lógica. Otro, aún más potente, es la creatividad, nuestra habilidad de crear pensamientos de pensamientos que impactan dentro y fuera de la mente para modelar el futuro.

Condicionamientos biofísicos

En un plano más penetrante, podemos identificar tendencias biofísicas que nos unen con el inicio de la vida, del cual nos hemos derivado. Una clara manifestación de lo anterior es nuestro anhelo por proteger el planeta o el miedo por la extinción total.

Con base en estas categorías, podemos plantear un ejercicio biointeligente. Por ejemplo, con dichas consideraciones, podemos definir con mucha mayor probabilidad de acierto qué tendríamos que hacer para vender algo, alcanzar nuestros objetivos personales, crear movilizaciones masivas, motivar equipos, o hasta proteger la vida en el planeta.

Por ejemplo, supongamos que soy un emprendedor y pretendo comercializar productos o servicios. Entonces, debo de convencer, a nivel consciente e inconsciente, que mi oferta cubrirá necesidades genéticas, neurofisiológicas, psicológicas y biofísicas. En otras palabras, que cumplirá impulsos que te harán sentir bien. De esta forma, conectará con deseos biológicos, lo cual deriva en la percepción de valor que finalmente lleva a una persona a pagar por algo.

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Estos patrones los vemos en el mercado todo el tiempo: no compramos una bolsa de lujo, sino un deseo de dominación instintivo cumplido; no compramos un viaje, sino un deseo de descubrimiento instintivo cumplido; no compramos una pizza, sino un sentimiento de placer; no seguimos a un líder social o espiritual sino la posibilidad de aportar a y ser parte de algo más grande que nosotros mismos.

Esto último devela algo crucial para los seres humanos. Más allá de los impulsos instintivos y emocionales, se encuentran motivadores más entrañables que nos conducen a proteger la maquinaria vital. No por nada, Space X, el movimiento de Elon Musk que busca llevar la vida a Marte, representa una causa deseable y ha logrado recaudar miles de millones de dólares de inversión.

La biointeligencia no solo es un instrumento para vender, esa es solo una de sus funciones más superficiales. Significa un necesario para resguardar la evolución, trascender y encontrar experiencias sublimes. En un esfuerzo que pretenda ser inteligente, no debemos olvidar nunca el diseño biológico que nos hace pensar, actuar y desear.

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Nota del editor: Juan Carlos Chávez es Profesor de Creatividad y Etología Económica en el sistema UP/IPADE y autor de los libros Biointeligencia Estratégica (2023), Inteligencia Creativa (2022), Multi-Ser en busca de sentido (2021), Psico-Marketing (2020) y Creatividad: el arma más poderosa del Mundo (2019). Es director de www.G8D.com Agencia de Comunicación Creativa y consultor de cientos de empresas nacionales y transnacionales. Encuentra sus libros en Amazon y síguelo en Facebook , Instagram y LinkedIn .

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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