Las fintech se posicionan como un disruptor crítico que puede impulsar la inclusión financiera, por lo que si se aprovecha la colaboración con la banca, los resultados pueden ser mejores porque las fintech atenderían deficiencias de la banca y viceversa, lo que permitirá consolidar al sector, pero ¿qué falta para afianzar esa unión?
En primer ámbito están las regulaciones, especialmente en el cuidado de datos. Las fintech nacieron para ver algo que la banca estaba ignorando: las personas, especialmente a las que están fuera del sector, por lo que diseñaron soluciones con productos financieros que a su vez, permitan ganar más por ellos. El problema es que aún persiste desconfianza por el tema del tratamiento de los datos personales.
Las denuncias a la Condusef sobre el robo de identidad o estafas en plataformas fintech, han ido a la alza, especialmente por muchas que suplantan a una verdadera institución. Esto genera temor por su uso, aunque los bancos no están exentos de ellos.
El aumento de denuncias en contra de instituciones bancarias refleja la falta de leyes fortalecidas. Se requiere una verdadera iniciativa que garantice la protección de datos como ocurre en otras latitudes como Europa, donde su regulación obliga a las empresas financieras a proteger los datos personales de los usuarios, sin la posibilidad de acceder a datos o hacer uso de los mismos sin el consentimiento de las personas, una deuda que aún prevalece en México.
Asimismo, la alianza requiere un cambio en la forma de estructurar las operaciones. Atrás deben quedar los modelos burocráticos como ocurre en los bancos y transformar aquellas ideas conservadoras de los directores financieros, a una visión más fresca y que vaya más allá. En este sentido, las fintech han dado una importante lección.
Y precisamente esa visión actualizada es lo que ofrecen las fintech, que se rigen bajo un modelo más cercano a las personas y humano, lo que permite crear relaciones a largo plazo basadas en confianza y personalización. Si las ideas tradicionalistas como las que imperan en la banca cambian, los resultados con los usuarios serán mejor: se tendrá mayor lealtad e inclusión.
Mayores recursos en herramientas tecnológicas también son primordiales para mejorar la colaboración. Si se pone énfasis en la inversión en tecnología como la inteligencia artificial para agilizar procesos, las operaciones en conjunto podrán ser mejores y más productivas. No se debe dejar de lado ninguna opción tecnológica para la colaboración.