Hoy en día, las redes sociales han cambiado por completo la forma en que aprendemos, nos relacionamos y hasta cómo gestionamos nuestra salud mental. En particular, TikTok se ha convertido en una ventana para hablar del burnout, depresión, ansiedad e incluso para externar frustraciones, inconformidades o retos del día a día en el mundo del trabajo.
TikTok no es psicólogo, pero atiende a muchos mexicanos
En esta red social también es posible encontrar mucho contenido en clips de 60 segundos donde un influencer da consejos para “sentirse mejor”, sin necesariamente comprender lo que le ocurre a los 21.7 millones de personas que han visto su video y que incluso, le han dado like. La facilidad con la que se difunde información imprecisa, de algo tan delicado como la salud mental, tiene tanto un lado positivo como uno negativo.
Por un lado celebro y aplaudo que hablar de salud mental en el trabajo, y en general se esté popularizando; sin embargo ¿son las redes sociales el mejor foro para hacerlo? Tal vez sí por su alcance, pero vayamos más a fondo y veamos quiénes son los creadores de contenido y qué tipo de contenido crean, pues muchas veces es ahí donde está el problema y este tiene un nombre: la desinformación.
Y no, no quiero decir que las redes sociales son el problema en sí. En realidad, quisiera ir un poco más allá y hablar de lo importantes que han sido para visibilizar la salud mental en nuestro día a día, e incluso, en nuestro ámbito laboral. Ha surgido un auge en la creación y difusión de contenido sobre salud mental, lo que ha permitido que las empresas tengan más presente a sus equipos. Esta avalancha de información también ha sido responsable de que, poco a poco, se reduzca el estigma asociado con la salud mental en el trabajo.
Sin embargo, aunque pueden ser un buen punto de partida para abrir conversaciones sobre el tema, no es el primer lugar a donde debemos dirigirnos si lo que buscamos es un diagnóstico. Es muy importante tener presente que aunque existe mucho contenido de valor, hay otro que no. Diferenciarlo es fácil, basta ver quién lo crea y qué estudios o antecedentes tiene.
A falta de psicólogo, TikTok
En el país, los recursos destinados a la atención de trastornos mentales son limitados y la falta de profesionales capacitados sigue siendo una barrera significativa. Aunque ha habido esfuerzos para cambiar esta realidad, todavía enfrentamos retos en la implementación de políticas públicas eficaces y en la accesibilidad de servicios de salud mental de calidad.
Si bien, se ha avanzado en la sensibilización, aún enfrentamos un largo camino por recorrer en la atención y el acceso a servicios. Además, hay áreas de oportunidad en la formación y capacitación de profesionales, educación y la prevención e integración de la salud mental en servicios de salud general.
En un intento por llenar estos vacíos, las redes sociales han ayudado a democratizar la información y a romper barreras de comunicación. Es alentador, sin embargo, no podemos quedarnos ahí. Es vital que las instituciones de salud reconozcan la necesidad de fortalecer los servicios de salud mental y garantizar el acceso a tratamientos adecuados.
TikTok no es un psicólogo. Aunque es tentador recurrir a esta popular red social en busca de respuestas rápidas, es esencial recordar que la salud mental es un asunto serio que requiere de atención profesional. Cuando me preguntan, ¿qué tan bueno es buscar respuestas en redes sociales? Yo respondo: “lo mejor siempre será buscar a un profesional en salud mental. Es tu salud emocional y merece una atención especializada, sin olvidar el caso por caso”.
Los usuarios deben ser conscientes de que los videos que aparecen en su feed no reemplazan el diagnóstico o el tratamiento que puede dar un especialista; ya que esto requiere de un análisis profundo y personalizado, algo que ninguna plataforma digital puede ofrecer.
La influencia que ejercen los creadores de contenido sobre sus seguidores es significativa, y con ello viene la obligación de ser prudentes. Antes de compartir consejos o los famosos “5 señales de que padeces depresión”, o cualquier otro padecimiento, deben asegurarse de que están basados en evidencia científica y, cuando sea posible, redirigir a los usuarios con un profesional de la salud mental.
La falta de acceso a servicios de salud mental y la escasa difusión de recursos confiables han llevado a muchos mexicanos a buscar respuestas en TikTok, pero frente a una pantalla saturada de información y un scroll mecánico no es donde se encuentra atención a la salud mental, sino frente a un especialista.
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Nota del editor: Marisol Vásquez COO de Menthalising. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.
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