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La diversidad hace al consejo

Cuando personas con diferentes perspectivas y experiencias se sientan a la mesa, las ideas fluyen de manera más creativa y se generan soluciones más efectivas.
mié 09 octubre 2024 06:03 AM
Gestión de riesgos emergentes. Cómo abordar los desafíos desde los Consejos de Administración
En un consejo de administración diverso siempre hay alguien que tiene un enfoque financiero, otro que entiende de operaciones a la perfección, y quizá, alguien con experiencia en sectores que los demás ni siquiera conocen, apunta Alejandro Ross.

Un consejo de administración tiene al menos dos caminos para definir su forma de operar: actuar y “palomear la caja” o aportar valor y enriquecer la empresa con multiplicidad de opiniones. Es posible elegir la comodidad del pensamiento idéntico o bien, la riqueza que se encuentra en la diferencia. No se trata de una decisión sencilla, pero a veces, el camino más complejo y lleno de veredas es la mejor opción. Pero, ¿cómo saberlo?

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Para explorar esta pregunta y llegar a la respuesta deseable para la empresa que diriges, me gustaría traer al imaginario la película “Ocean’s Eleven”, esa que nos muestra el proceso, paso a paso y con una perfección milimétrica de la estafa del siglo en Las Vegas.

El equipo convocado por Danny Ocean era todo menos homogéneo. Estaba integrado por personas con habilidades diferentes: un ex convicto que domina los trucos del oficio, un socio que maneja las relaciones públicas, un millonario responsable de financiar la operación, un carterista rápido con las manos, un croupier que conocía a la perfección cómo operaba el casino, dos mecánicos para resolver problemas técnicos, un experto en tecnología para hackear sistemas, otro en explosivos y hasta un acróbata con la habilidad para entrar en lugares que nadie más podría. Valiosos cada uno por su talento pero imprescindibles por lo que podían lograr trabajando en equipo.

Llevemos, pues, esta analogía a los consejos de administración de las empresas. Un consejo lleno de personas con el mismo perfil profesional –todos financieros, por ejemplo– carece de perspectiva para abordar problemas diversos como desarrollo de nuevos productos, fluctuaciones del mercado y regulaciones. Enfrentar esto desde la unicidad, es cuando menos, poco efectivo, y si lo escalamos puede ser como “dispararnos en un pie”.

Un consejo de administración diverso funciona como el equipo de Danny Ocean. Cada persona aporta una perspectiva basada en su experiencia, conocimiento y visión del mundo. Un consejo integrado por personas con trayectorias profesionales diferentes tiene más probabilidades de cuestionar ideas, debatir y encontrar soluciones innovadoras y hasta disruptivas. La diversidad es una ventaja competitiva.

Al igual que en “Ocean’s Eleven”, donde la combinación de talento permitió que el equipo superara obstáculos aparentemente insalvables, en las empresas, un consejo diverso puede prever riesgos, capitalizar oportunidades y tomar decisiones más informadas.

En un consejo diverso siempre hay alguien que tiene un enfoque financiero, otro que entiende de operaciones a la perfección, y quizá, alguien con experiencia en sectores que los demás ni siquiera conocen.

Actualmente, participo en un consejo relacionado con la agroindustria. Cuando inicié no tenía ni idea sobre si sembrar tomate o maíz era más rentable. Pero mi aportación fue desde el punto de vista financiero. Mientras tanto, otro consejero, que sí conocía el terreno, hablaba sobre los ciclos de cultivo y la viabilidad de cada producto. La clave fue escuchar, entender y dejar que las ideas crecieran, en lugar de imponer una visión.

Cuando personas con diferentes perspectivas y experiencias se sientan a la mesa, las ideas fluyen de manera más creativa y se generan soluciones más efectivas. Esto es crucial en un mundo empresarial donde la adaptabilidad y la capacidad de respuesta rápida son esenciales.

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Un consejo que no es diverso tiende a convertirse en una cámara de eco. Esto significa que las mismas ideas y perspectivas se repiten una y otra vez, sin espacio para la innovación. Imagina una sala llena de personas que piensan igual. A primera vista, podría parecer eficiente: no hay desacuerdos, las decisiones se toman rápidamente y todos parecen estar en la misma página. Pero ese "acuerdo" puede ser peligroso, porque lo que realmente ocurre es que las voces diferentes no encuentran un lugar de expresión.

Cuando un grupo de personas viene de los mismos entornos y ha tenido experiencias similares, tienden a ver el mundo desde una perspectiva homogénea y eso limita su capacidad de tomar decisiones creativas. El riesgo es que nadie cuestione el status quo. Las empresas pueden pasar por alto oportunidades, ignorar riesgos emergentes o fallar en la adaptación a cambios de mercado. Esto se traduce en falta de creatividad y, en el peor de los casos, en una desconexión con la realidad. En contraste, la diversidad permite ampliar el campo de visión, prevenir errores y mejorar nuestra toma de decisiones.

Así que la próxima vez que pienses en la composición de tu consejo de administración, pregúntate: ¿tengo un equipo como el de "Ocean's Eleven"? Porque si no es así, tal vez sea hora de añadir más diversidad al equipo para poder enfrentar los desafíos de manera estratégica, colaborativa y, por qué no, fuera de serie.

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Nota del editor: Alejandro Ross es CEO de ADIPPSA, consejero independiente y especialista en gobierno corporativo. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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