Aunque bien intencionada, esta medida puede tener efectos negativos no previstos, especialmente en los nativos digitales, quienes no solo han crecido en un entorno digital, sino que lo consideran un espacio vital para su desarrollo social, emocional y educativo. Básicamente las nuevas generaciones nacieron con la tecnología en las manos.
Prohibir el acceso a redes sociales genera como riesgo el fomento de herramientas para evadir controles, como redes privadas virtuales (VPN), cuentas falsas o plataformas alternativas no reguladas, y en consecuencia expone las integridades digitales de los menores, así como las de sus cercanos.
La curiosidad de un nativo digital, sumado a la ahora necesidad de mantenerse conectado, y con una pizca de rebeldía, se convertirán en la mezcla perfecta para detonar el uso de diversos métodos de evasión de filtros y controles. En algún momento podríamos tener nuevas generaciones desarrollando habilidades técnicas para fines ilícitos.
Australia estará en un escenario donde saltar controles y burlar el sistema será algo normal; a empujar a los menores para interactuar en entornos “clandestinos” en lugar de hacerlo bajo un esquema de supervisión y correcta guía; los lleva a un incremento de exposición y vulnerabilidad ante los ciberdelincuentes. No solo esto, también a las prácticas que representan riesgos como la descarga e instalación de software malicioso o el acceso a comunidades y herramientas “ocultas” para el intercambio de comunicaciones.
Entendamos algo que le cuesta mucho comprender especialmente a diversas madres y padres de familia en el mundo: las redes sociales representan algo más que ocio, entretenimiento y diversión, son un espacio de total convergencia que incluso posibilitan el aprendizaje y el acceso a diversos tipos de conocimiento (claro, todo lo anterior bajo un esquema de correcta guía y enfoque de parte de un mayor cercano).
Si lo vemos desde un punto de vista un tanto más hacia la trinchera de la salud, privar de la tecnología y/o plataformas hoy puede generar temas relacionados a la ansiedad, a la depresión y pone en riesgo la salud mental.
La solución a este tipo de temática no reside en crear barreras, sino más bien en construir puentes de conocimiento, basados totalmente en la educación y alfabetización digital, dando prioridad incluso con políticas públicas y actualización de conocimientos desde las aulas.
Varias de las plataformas tienen ciertos tipos de controles parentales que muchos desconocen, podría ser un buen momento para los padres y madres para acercarse a estas medidas y comprender que el control, la censura y las negativas de acceso no son la solución tajante.