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Por 365 posibilidades

Quienes hemos experimentado de cerca la muerte nos volvemos más sensibles para aprovechar el tiempo y no perderlo en chismes o tonterías. Las segundas oportunidades se aprovechan al máximo.
mié 01 enero 2025 06:59 AM
Por 365 posibilidades
La Navidad es un gran tiempo para compartir en familia, con los más necesitados, de donarnos, apunta Adolfo Ruiz Guzmán.

Esta época, la navideña, nos llena de cierta nostalgia. Generalmente hacemos un balance del año por terminar y, en ocasiones, nos sentimos un poco frustrados por los sueños no concretados o los propósitos que se quedaron como deseos. Sin embargo, no vemos todo lo logrado.

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En ese sentido, me gustaría compartir unas reflexiones personales. Para mí, este año no fue sencillo en el sentido de salud. Me tocó sortear una embolia cerebral en marzo de la que, afortunadamente, puedo decir: lo logré. Gracias a mis amigos y equipo de trabajo, quienes reaccionaron de inmediato, me llevaron al hospital y pude recibir atención médica oportuna. Por supuesto, al equipo médico, encabezado por el Dr. José Genina y un gran neurocirujano, el Dr. Philippe Emmanuel Alexandre-Katz. Sobra mencionar a mi familia y amigos cercanos.

La cosa no paró ahí. Por estar insistiendo, al estar agradecido por una segunda oportunidad, de querer celebrar mi cumpleaños de forma diferente, en agosto, el 8, previo a mi celebración –que, por cierto, es el 11, para que me feliciten, he, he–, me quitan dos vértebras lumbares. Pasé mi fiesta en el hospital, y el mejor regalo que me di fue bañarme por mi propia cuenta y caminar. Les he de confesar: esos días fueron una verdadera montaña rusa de emociones, aunque siempre tenía la confianza en que, estando en las manos de Dios, todo jala. Tan es así que puedo seguir colaborando en este espacio.

Otra reflexión: no podemos forzar las cosas. Por más que uno trate de hacer, dar o compartir lo mejor de uno, no siempre será tomado de la mejor forma por otras personas, lo que genera una situación de frustración. Hay personas que, aunque les ofrezcas tu ayuda, no la querrán, incluso te voltearán la cara o, peor aún, quien te la acepte al grado de abusar. En ambos casos, el resultado no será el mejor.

Eso aplica en todo: en los aspectos laborales, personales e incluso en las relaciones. De estas últimas, si escribiera mis frustraciones, podría escribir una novela, ha, ha, ha. Pero el punto es aprender a soltar. No tenemos nada asegurado, y las únicas constantes son la muerte, el cambio y los impuestos.

Ello me llevó a considerar muchos otros factores. Hay una imagen que me gusta mucho poner en mis redes sociales a fin de año, donde están dos personajes y uno le pregunta al otro: "¿Qué me deparará el próximo año?". Su amigo le responde: "365 posibilidades".

La respuesta encierra una gran verdad. El año por comenzar representa grandes oportunidades. No lo olvidemos: siempre viene lo mejor, y hay que esperar que así sea. Si bien celebramos la Navidad y Año Nuevo, podemos agradecer por todo, que seguimos en la lucha en esta gran escuela llamada vida, donde queremos seguir aprendiendo. Pero también es una mega oportunidad para dar gracias por lo que se fue, lo que no se realizó o a quienes ya no quisieron estar en nuestra vida.

La Navidad, por tanto, es un gran tiempo para compartir en familia, con los más necesitados, de donarnos. Quienes hemos experimentado de cerca la muerte nos volvemos más sensibles para aprovechar el tiempo y no perderlo en chismes de vecindad o tonterías. Las segundas oportunidades se aprovechan al máximo.

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En ese sentido, por el tema de compartir, me gustaría proponerles hacer algo distinto en esta Navidad. Tengo el gusto de colaborar con Fundación UNNIDO, quienes atienden a los más pequeños en lo que pueden restituirles el derecho a pertenecer a una familia, ya sea mediante la adopción o la reintegración familiar. Ellos quieren ayudarle a Santa Claus para cumplir los sueños de los pequeños a los que atienden, pero les faltan recursos. Me gustaría invitarlos a sumarse mediante una donación a la cuenta de Banorte 0721 8000 8114 2838 12, a nombre de Fundación Quinta Carmelita, I.A.P. Les garantizo que no hay más alegría que dar más que recibir.

Por este año, termino mis colaboraciones, no sin antes agradecerles por su amable lectura, a mis amigos de Expansión por permitirme tener este espacio, a mis editores y a tantos y tantos a quienes quiero darles las gracias. Les mando mis mejores deseos para estas fiestas: ¡MUY FELIZ NAVIDAD! Y no se olviden: tendremos 365 oportunidades para hacer la diferencia en nuestra vida. Un gran abrazo con mucho cariño.

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Nota del editor: Adolfo Ruiz Guzmán es egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación y del MBA por la Universidad Anáhuac México Campus Sur, cuenta con distintas certificaciones y especialidades, entre ellas, Asesor de Estrategias de Inversión por la AMIB, por el IORTV en España y Harvard Business School; además de ser piloto aviador por la Escuela AIRE. Actualmente se desempeña como Director de Asuntos Públicos de Grupo Financiero B×+, conferencista nacional e internacional. Tiene una trayectoría de 13 años en comunicación del sector financiero e impulsor de la creación de la cultura financiera en nuestro país. Síguelo en X como @Adolfo_Ruiz_Guz Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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