Tomar decisiones informadas en los próximos años será un factor clave para el crecimiento de los negocios de exportación en México. Aunque varios especialistas se inclinan por la ‘incertidumbre’ para definir este 2025, considero que la palabra que marcará nuestros escenarios será ‘volatilidad’ –que aplicará tanto para diversos indicadores y factores macroeconómicos, como para el Producto Interno Bruto (PIB), las tasas de cambio y la inflación.
¿Incertidumbre, volatilidad o futuro firme para México?
En terminos concretos, el crecimiento económico será moderado. La ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD) previó que el crecimiento económico mundial alcanzaría un máximo de 2.6% en 2024, levemente por encima del 2.5% asociado comúnmente con una recesión; alertando además del tercer año consecutivo de crecimiento por debajo de la pre-pandemia (un 3.2% entre 2015 y 2019).
Igualmente, la economía de México atravesó una desaceleración económica que, tal parece, continuará en 2025: la Secretaría de Hacienda proyectó un crecimiento optimista de hasta 3%, mientras que Banco de México (Banxico) pronosticó recientemente un crecimiento de 1.2% confirmado por el pronóstico reducido de 1.6% del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF); sin embargo, la agencia Moody’s recalculó el pronóstico a un 0.6% hace un par de meses.
Uno de los temas críticos siempre es la inflación general. Aun cuando Banxico mantuvo una política monetaria restrictiva en los últimos meses para conducir la inflación a su objetivo del 3% hasta el segundo trimestre de 2025, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que para la primera quincena de diciembre de 2024, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) aumentó 0.42% respecto a la quincena anterior, con una inflación general de 4.44% anual. Tanto por la incertidumbre que ha causado el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y la renuncia sorpresiva de Justin Trudeau como primer ministro hace unos días, como por los efectos del primer año de la presidenta Claudia Sheinbaum y el incremento reciente del 4.5% al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).
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Y siempre el tipo de cambio es un factor. El peso mexicano no fue el más estable frente al dólar durante 2024 y tal parece que en 2025 mantendrá cierta volatilidad, especialmente durante el primer trimestre del año. La misma Secretaría de Hacienda proyecta un tipo de cambio promedio de 18.7 pesos por dólar; los especialistas en economía tienen estimaciones algo superiores a la par: entre 19.10 como mínimo y un máximo de 22.50 pesos por dólar. Dichas expectativas están por encima de los 17 pesos por dólar que experimentamos con el “súper peso” durante el primer semestre del año pasado, donde representó oportunidades para aumentar los márgenes de producción y rentabilidad; no obstante, un tipo de cambio alto puede traer ciertas ventajas para los exportadores que cobran sus facturas en la moneda norteamericana.
Pese a este panorama, no quisiera que estos datos causen miedo y conlleven a ajustes por pánico en las metas de los negocios para 2025, tampoco que mermen la buena ambición de seguir creciendo y superando obstáculos. Recordemos que las oportunidades para las empresas continúan.
Si bien es cierto que la economía de México es altamente dependiente de las exportaciones a Estados Unidos, el 84.03% de los bienes no-petroleros van a este mercado, según la última balanza comercial del Inegi. La necesidad de ambos países de mantener un bloque frente a China y profundizar los acuerdos en el T-MEC significan oportunidades muy valiosas para las empresas del comercio internacional.
Aunque los aranceles a ciertas mercancías mexicanas probablemente lleguen, dichas oportunidades también se presentarán de la mano del nearshoring –como lo he reiterado anteriormente, puesto que son inversiones realizadas a largo plazo y la decisión de los empresarios de instalarse en México tiene una visión extendida.
Además, me gustaría que no olvidemos que ya hemos vivido y sobrevivido a Trump. Durante su mandato previo, se renegoció el Tratado de Libre Comercio para materializar el T-MEC, incrementado las exportaciones de México hacia Estados Unidos a 5.49% anualizadas: de 323 miles de millones de dólares en 2017 a 421 miles de millones en 2022.
En medio de toda la volatilidad que traerá 2025, las exportaciones en México han seguido consolidándose y las cifras preliminares de 2024 muestran la fortaleza de nuestro sector: Inegi eportó que 20 estados mexicanos tuvieron crecimientos en sus exportaciones entre enero y septiembre del año pasado: Quintana Roo registró una variación de 152.8% anual, el incremento en Guerrero fue de 30% y en Zacatecas de 23.7%; mientras que Chihuahua creció 6.5%, Jalisco un 3.9% y la Ciudad de México un 3.3%. Más de 17 estados tuvieron avances por arriba del valor total de exportaciones del país de 2.8% anual de enero a septiembre frente al 2.3% del año pasado.
Las exportaciones fueron clave para la economía en 2024, al crecer 4% y generar más de 565,000 millones de dólares a noviembre. Las ventas al exterior de minerometalurgia, de maquinaria y equipo, de productos textiles y artículos de vestir, de productos siderúrgicos, así como automóviles y camiones, partes y accesorios de vehículos, fueron los principales productos exportados el año pasado. El Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (Comce) estima un crecimiento en la exportación de 3.9% para 2025 y de hasta 4.4% para 2026.
Sin duda, el comercio internacional en México debe transitar con serenidad, reduciendo riesgos, superando obstáculos y aprovechando las oportunidades del mercado.
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Nota del editor: Martín Pustilnick es Co-Founder y CEO de MUNDI , la compañía de servicios de financiamiento especializados en comercio internacional para todo tipo de exportadores mexicanos.
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