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La intuición, la habilidad ejecutiva que México necesita ahora

Las empresas no solo navegan en mercados complejos, sino también en intensos climas emocionales, tensiones sociales y dinámicas relacionales que afectan tanto como los indicadores financieros.
lun 01 diciembre 2025 06:01 AM
La intuición, la habilidad ejecutiva que México necesita ahora
En un mundo que se transforma rápidamente, la intuición se convierte en una ventaja competitiva. No porque sustituya al rigor, sino porque lo complementa. Porque permite ver lo que la lógica aún no alcanza, señala Aldo Cívico. (iStock)

Vivimos en un entorno marcado por la fragilidad, la ansiedad, la no linealidad y la incomprensibilidad: el mundo BANI. Esta caracterización, propuesta por Jamais Cascio, ha adquirido relevancia para comprender la volatilidad que enfrentan los líderes empresariales en la actualidad ( Cascio, 2022 ). En México, donde las condiciones económicas y sociales cambian rápidamente, muchos ejecutivos se han dado cuenta de que los modelos tradicionales de liderazgo ya no son suficientes para navegar una realidad que se despliega más velozmente que su capacidad analítica. En este contexto, la intuición vuelve a cobrar un protagonismo que se había relegado durante años.

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La intuición no es un acto impulsivo, es una forma de conocimiento fundamentada en la experiencia y en la aguda observación del entorno. Martha Beck la describe como “la guía interna que se activa cuando dejamos de negociar con el miedo y escuchamos lo que realmente sabemos” ( Beck, 2013 ). En un mundo donde los datos llegan con retraso y los escenarios cambian antes de que puedan ser modelados, esta habilidad se convierte en un recurso estratégico. No reemplaza el análisis, sino que lo complementa. No contradice la lógica; la expande. La intuición surge cuando el líder se toma el tiempo para reconocer señales que no siempre son cuantificables, pero sí significativas.

En México, esta habilidad resulta especialmente valiosa. Las empresas no solo navegan en mercados complejos, sino también en intensos climas emocionales, tensiones sociales y dinámicas relacionales que afectan tanto como los indicadores financieros. En sectores como el tecnológico, el energético o el de infraestructura, las decisiones críticas se toman bajo presión constante. Allí, la intuición permite anticipar riesgos que aún no aparecen en reportes formales, o identificar oportunidades que se sienten adecuadas incluso antes de poder ser demostradas en un Excel. Como señala Vieira, el mundo BANI requiere líderes que integren diferentes niveles de percepción, no solo información estructurada ( Vieira, 2024 ).

Sin embargo, la intuición no surge de manera automática. Requiere autoconciencia. Es necesario distinguir entre una corazonada bien fundamentada y una reacción emocional provocada por el estrés. Beck enfatiza que la intuición se desarrolla solo cuando el líder se conoce a sí mismo, reconoce sus patrones emocionales y aprende a separar sus temores de su juicio ( Beck, 2013) . Esta capacidad se entrena al revisar decisiones pasadas, identificando aciertos y errores donde la intuición se confundió con el impulso. También se fortalece cuando el líder se permite hacer pausas, reduce el ruido interno y crea espacios de claridad, tal como sugieren estudios recientes sobre liderazgo en entornos complejos ( OpenWebinars, 2025 ).

Lo interesante es que el uso de la intuición no solo mejora la calidad de las decisiones, sino también el clima emocional de los equipos. Un líder que se escucha a sí mismo tiene una mejor capacidad para escuchar a los demás. Un líder que confía en su juicio genera confianza. Y un líder que se comunica desde la autenticidad crea un espacio donde las personas pueden compartir información que de otro modo se perdería en culturas corporativas rígidas o excesivamente jerárquicas. En un país como México, donde las relaciones interpersonales son fundamentales para el funcionamiento organizacional, la intuición ayuda a construir ambientes más colaborativos y resilientes ( Harvard-Deusto, 2024 ).

Existen ejemplos recientes en organizaciones mexicanas donde la combinación de análisis e intuición ha sido crucial. Ejecutivos que enfrentaron crisis inesperadas —cortes de suministro, turbulencias regulatorias, rotación sorpresiva de talento— lograron navegar esos episodios no solo por lo que sabían, sino por lo que percibieron. La intuición les permitió ajustar el rumbo rápidamente, comunicar con claridad y, en varios casos, abrir líneas de negocio que no estaban en el radar inicial, confirmando lo que diversos estudios indican: en contextos BANI, la flexibilidad cognitiva y emocional es tan vital como la planificación ( Rodríguez, 2025 ).

La intuición también posee una dimensión cultural significativa. A diferencia de entornos donde prevalece una mentalidad estrictamente técnica, en México los líderes operan entre información formal y conocimiento tácito: conversaciones informales, señales no verbales, dinámicas comunitarias y sensibilidades particulares del territorio. La intuición ayuda a interpretar este conjunto de matices que rara vez se capturan en un informe. No se trata de abandonar la estrategia, sino de complementarla con una capacidad humana que ha sido subestimada en la formación ejecutiva.

En definitiva, liderar en un mundo BANI exige más que herramientas; exige presencia. Se requiere un líder que pueda detenerse, escucharse y comprenderse antes de reaccionar. Se necesita alguien capaz de leer no solo el mercado, sino también el momento. La intuición no es un recurso místico; es una competencia ejecutiva que permite responder con agilidad y humanidad en entornos donde la certidumbre es cada vez más efímera.

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En un mundo que se transforma rápidamente, la intuición se convierte en una ventaja competitiva. No porque sustituya al rigor, sino porque lo complementa. Porque permite ver lo que la lógica aún no alcanza, y porque ayuda a tomar decisiones que no solo son estratégicamente efectivas, sino que también están alineadas con lo que la realidad —y las personas— requieren.

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Nota del editor: Aldo Civico, Ph.D. es antropólogo y coach ejecutivo, clasificado por Global Gurus en el Top5 mundial de las autoridades en liderazgo. Es profesor de negociación y resolución de conflictos en Columbia University. Es autor de la newsletter semanal La Bitácora Interior . Email: aldo@aldocivico.com Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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