China tiene un plan para librar los ataques y dominar la industria tecnológica
JETHRO MULLEN
HONG KONG - Los esfuerzos de China para convertirse en una futura potencia mundial en la industria tecnológica están bajo ataque, pero no harán que esta nación se retire.
El plan de Beijing de inyectar miles de millones de dólares en áreas como microchips y robótica para eliminar la dependencia que tiene con tecnológicas extranjeras, conocido como "Hecho en China 2025", ha sido criticado por el gobierno de Estados Unidos. Incluso Washington está librando una campaña contra Huawei , un campeón chino de tecnología que espera construir las redes móviles 5G del mundo.
Bajo la presión de los aranceles estadounidenses sobre las exportaciones y una desaceleración económica cada vez mayor, los líderes del país asiático buscan maneras de evitar una mayor confrontación, sin poner en riesgo los objetivos estratégicos a largo plazo.
Por ejemplo, el gobierno chino ha reducido los aranceles que impone a los autos fabricados en Estados Unidos, comenzó a comprar más soja a los agricultores del país norteamericano y hasta mostró signos de que está dispuesto a repensar "Hecho en China en 2025".
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Estos pasos siguen a una tregua en la guerra comercial acordada por el presidente Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping durante una cena a principios de este mes. Con ello, aumentaron las esperanzas de un acuerdo que podría incluir cambios significativos para permitir un mayor papel para las empresas extranjeras en la economía de China. Pero los expertos en comercio son escépticos.
"Beijing no va a renunciar a sus planes de convertirse en una potencia industrial y tecnológica simplemente para complacer a Washington", dijo Kristen Hopewell, profesora de economía y política internacional en la Universidad de Edimburgo, Escocia.
"Es probable que cualquier cambio sea superficial, no sustantivo".
Hecho en China 2025
En 2015, China anunció un plan de 10 años para transformar su sector manufacturero y convertirlo hacia la industria de alta tecnología en temas como automóviles eléctricos, aeroespacial y dispositivos médicos avanzados.
El Partido Comunista considera que esta estrategia es esencial para garantizar que China siga desarrollándose. Pero los agresivos objetivos del plan, que consisten en dominar las cadenas de suministro en industrias enteras, han alimentado las preocupaciones entre las empresas extranjeras –que temen perder a favor de las empresas chinas–, y los gobiernos, –que ven una amenaza potencial a su seguridad–.
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"Si China domina el mundo, es malo para Estados Unidos", dijo en marzo el Representante de Comercio de los Estados Unidos, Robert Lighthizer. Su informe sobre prácticas desleales chinas, que sentó las bases de la guerra comercial de Trump, mencionó o citó el programa "Hecho en China 2025" un total de 116 veces.
¿Habrá cambios?
Desde que "Hecho en China 2025” se convirtió en un punto focal en la guerra comercial, el gobierno chino comenzó a restarle importancia.
La lista de prioridades que Beijing emitió a los gobiernos locales la semana pasada no mencionó "Hecho en China 2025", a pesar de que se incluyó en la versión anterior hace dos años. El medio The Wall Street Journal informó que los funcionarios chinos están elaborando un plan de reemplazo mucho más abierto a las compañías extranjeras, que podría implementarse a principios del próximo año.
"Lo que se ha visto como una política de exclusión ahora puede convertirse en un vehículo positivo para el futuro desarrollo de China", dijo Harley Seyedin, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en el sur de China.
Los expertos que han estudiado el papel de China en el comercio global son menos optimistas y dicen que este cambio probablemente sea cosmético.
"Los grandes subsidios y otras formas de intervención estatal están en el centro de la estrategia de desarrollo de China", dijo Hopewell. "China está tratando de lidiar con la visión externa que existe sobre sus políticas económicas, pero es muy poco probable que emprenda el tipo de reformas estructurales profundas que la lleven hacia la economía basada en el mercado que Estados Unidos está buscando".
Tácticas de guerra comercial
Los potenciales cambios a "Hecho en China 2025", aunados al apaciguamiento de Beijing después de la reunión de Trump-Xi en Argentina, se interpretan como intentos de avanzar hacia la desactivación de la guerra comercial.
Xi aún puede hacer cambios. Este martes es el 40 aniversario del inicio de la "Reforma y apertura" de China, que impulsó rápidamente al país de ser una economía principalmente rural a convertirse en un gigante industrial.
Pero durante el discurso de Xi en Beijing para conmemorar esta ocasión, el presidente no mencionó ninguna nueva medida para abrir la economía china al mundo. Eso sugiere que o su gobierno se está apegado a los cambios graduales que ha introducido en los últimos años o a que no está dispuesto a mostrar todas sus cartas en medio de las conversaciones comerciales con Estados Unidos.
"China está acelerando una serie de reformas económicas, muchas de las cuales habría promulgado eventualmente de cualquier forma, y está intentando empaquetarlo como una concesión a las demandas de Estados Unidos", dijo Mark Wu, profesor de comercio internacional en la Escuela de Derecho de Harvard.
Los funcionarios de la administración de Trump todavía muestran cautela con respecto a lo que ofrece China.
El secretario de Comercio, Wilbur Ross, dijo la semana pasada que Beijing ha "minimizado" el plan "Hecho en China" desde que Estados Unidos y otros países lo comenzaron a rechazar.
"No han hablado mucho sobre eso", dijo en la cadena de televisión CNBC. "Eso no significa que lo hayan dejado caer".
El control del estado
Los líderes empresariales estadounidenses dicen que una renovación de "Hecho en China 2025" le da a Beijing la oportunidad disminuir la regulación del Estado en la economía para dar más libertad a la competencia.
A pesar de todo lo que se habla de reforma, las empresas estatales chinas tienen un papel cada vez más importante en la economía bajo el mandato de Xi. Las políticas industriales han inyectado enormes cantidades de subsidios en sectores como los vehículos eléctricos.
El modelo de negocios de algunas empresas chinas es “recibir subsidios sin desarrollar un producto viable”, de acuerdo con William Zarit, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en China. "Es un desperdicio".
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Si Beijing abre su plan 2025 y le da a las firmas extranjeras las mismas ventajas que a los nacionales, "será beneficioso para China y para el resto del mundo", dijo Zarit.
Pero advirtió que los funcionarios chinos tienen una historia de cambiar las reglas escritas para que la situación parezca más justa, pero terminan por tener prácticas no escritas que ponen en desventaja a los extranjeros.
Mientras el Partido Comunista ejerza el control sobre el sistema financiero, los recursos clave y el Internet, el gobierno siempre puede inclinar el campo de juego en favor de las empresas nacionales en sectores de tecnología estratégica
Huawei, el comodín
La administración de Trump agregó este mes un elemento sorpresivo a sus conflictos con China.
El arresto de Meng Wanzhou, la directora financiera de Huawei, ha aumentado la percepción de que Estados Unidos quiere socavar el crecimiento tecnológico de China.
Los productos de Huawei también han estado bajo un escrutinio intenso por parte de Estados Unidos y Asia-Pacífico, al parecer como parte de un esfuerzo de Estados Unidos para reprimir a la empresa, la cual es considerada una amenaza para la seguridad.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos está tratando de procesar a Meng, quien fue arrestada en Canadá, bajo acusaciones de ayudar a la compañía a sortear las sanciones estadounidenses contra Irán. Huawei dice que no es consciente de ningún delito por parte de Meng, la hija del fundador de la compañía.
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"La detención de Meng enfatiza que incluso si Beijing y Washington logran un acuerdo para evitar aumentos en aranceles, Estados Unidos aún tiene muchas otras armas no arancelarias para desplegar en su campaña económica y tecnológica contra China", escribió Tom Holland, de la firma de investigación Gavekal en una nota a clientes este mes.
Serenitie Wang contribuyó a este informe.