La basura espacial es una amenaza para la humanidad y para SpaceX
La compañía espacial de Elon Musk lanzó al espacio sus primeros 60 satélites pequeños del proyecto de megaconstelación y esto podría implicar en caso de que haya un choque entre ellos.
NUEVA YORK - SpaceX lanzó 60 satélites pequeños en órbita la semana pasada, la primera entrega de una megaconstelación de transmisión de Internet que la compañía espera que crezca para incluir miles de satélites en unos cuantos años.
La compañía espacial de Elon Musk es solo una de varias que tienen en la mira la transmisión de banda ancha a la Tierra desde el espacio. Empresas como Amazon y OneWeb también tienen planes similares. De cara al futuro, muchas cosas podrían salir mal para ellos, financiera o tecnológicamente.
La catástrofe más terrible, si bien improbable, no sólo impactaría sus negocios. Podría hacer retroceder a toda la civilización humana.
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Imagina este escenario: un solo satélite pierde energía y se estrella sin control con otro satélite. Ellos explotan, enviando pedazos de basura a través del espacio a una velocidad 23 veces la velocidad del sonido.
Un pedazo de esa basura golpea a otro satélite y comienza una reacción en cadena que termina con todo lo que órbita en su proximidad.
En órbita terrestre baja, eso podría incluir redes multimillonarias como Starlink, la Estación Espacial Internacional, satélites espías y tecnología de imagenología de la Tierra.
Nada quedaría, excepto un impenetrable cementerio de basura que podría aterrizar lanzamientos de cohetes durante años, tal vez incluso siglos.
En las situaciones más raras, toda la tecnología satelital utilizada podría llegar a su fin. Los servicios de GPS se recortarían; la tecnología de monitoreo del clima se perdería, lo que podría poner en tierra vuelos comerciales a nivel mundial; la televisión por satélite y el servicio telefónico se habrían ido; la pérdida de ancho de banda podríaobstruir los sistemas terrestres y trabar los servicios de Internet y telefonía. A partir de ahí, las economías podrían verse lisiadas.
Las probabilidades del desastre
Tal escenario sigue siendo muy, muy improbable. El espacio es inmenso y los satélites aun no son una “multitud” allá arriba.
Pero el precio del viaje espacial está disminuyendo, lo que significa que un montón de nuevos satélites suben cada año, a la vez que el riesgo de un choque se vuelve exponencialmente mayor, según explica Jonathan McDowell, astrónomo del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian.
"Si incrementas en 10 veces el número de satélites (total actual), el riesgo no es sólo diez veces mayor, es 100 veces mayor”, dijo McDowell a CNN, describiendo el riesgo de una colisión. Si bien un solo choque podría no llevar a un escenario de apocalíptico, cualquier incidente puede causar problemas.
Los expertos a menudo comparan el problema de los desechos espaciales con la contaminación y el cambio climático: una serie de colisiones devastadoras puede parecer descabellada hasta que, de repente, es una catástrofe inminente.
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TS Kelso, investigador principal de la compañía de seguimiento por satélite Analytical Graphics Inc., dijo que el problema debe abordarse con urgencia, sin importar cuán remotas sean las probabilidades de un desastre.
"Tenemos que averiguar cómo manejar esto", dijo Kelso. "La comunidad necesita entender que no se trata de probabilidad, es riesgo. Son las consecuencias".
Ya hay muchos millones de piezas de chatarra girando en órbita. Entre ellos se incluyen propulsores de cohetes gastados, satélites muertos y piezas de escombros de una colisión accidental en 2009 y demostraciones militares "anti-satélite". La mayoría de los escombros son demasiado pequeños para ser rastreados.
Este es el resultado de medio siglo de viajes espaciales y pocas regulaciones para mantener el espacio limpio.
Mitigar el peligro implica varias cosas: una es encontrar una manera de limpiar algo del desorden que ya existe, aunque todavía no exista una tecnología viable para ello. Otra es garantizar que los satélites recién lanzados no se conviertan en pedazos de basura espacial más adelante.
SpaceX, Starlink y los protectores del espacio
Musk, por su parte, dice que SpaceX se toma el problema con mucha seriedad: “estamos tomando importantes medidas para asegurarnos de que no exista un problema de desperdicios en órbita”, dijo a reporteros durante una conferencia telefónica reciente.
Cada uno de los satélites Starlink activos podrá esquivar automáticamente los restos monitoreables de los desperdicios que van en su camino, dijo Musk.
Los satélites también ahorrarán suficiente combustible al final de sus vidas para que puedan lanzarse intencionalmente hacia la Tierra para salir del camino de los nuevos dispositivos, dice SpaceX. Según la compañía, incluso si un satélite muere inesperadamente, estará en una altitud tan baja que la gravedad lo sacará de la órbita de manera natural en uno a cinco años.
La Comisión Federal de Comunicaciones, que aprueba los satélites para su lanzamiento, aprobó los diseños de SpaceX y dijo que sus satélites Starlink tienen un riesgo de colisión "cero o casi cero" mientras están en funcionamiento.
Los primeros 60 satélites Starlink han estado en órbita alrededor de una semana, y todo parece ir bien. No se han reportado satélites que funcionen mal o sistemas de propulsión fallidos.
Aun así, nada es infalible.
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"Si hay un fallo sutil que solo se inicia en dos años después del lanzamiento ... podría terminar con mil satélites muertos en la órbita operativa", dijo McDowell, el astrónomo.
En otras palabras, si los 60 satélites que acaba de lanzar SpaceX tienen algún tipo de falla de diseño que solo se hace evidente en el futuro y todos mueren en órbita, podría significar un gran problema.
SpaceX es una compañía muy respetada que ha demostrado sus habilidades tecnológicas una y otra vez, agregó McDowell. Pero la compañía asumió un gran riesgo al lanzar al mismo tiempo este gran lote de satélites con un diseño no probado.
Evitando el desastre
El plan de mitigación de escombros de SpaceX coincide o excede las directrices de los expertos sobre las mejores prácticas. OneWeb, competidor de SpaceX, también tiene planes para garantizar que sus satélites no se conviertan en basura espacial.
Sin embargo, con vuelos espaciales cada vez más económicos y comunes, las empresas con todo tipo de objetivos (y poco interés en la seguridad del espacio) pueden permitirse enviar algo a la órbita.
Sin embargo, no existen reglas o castigos internacionales formales para responsabilizar a los operadores de satélites por la creación de escombros o el descuido general en el espacio. Algunos países, incluido Estados Unidos, están considerando regulaciones más estrictas.
Por ahora, las empresas y las organizaciones tienen que encargarse de investigar e invertir en ser buenos clientes del espacio.
"Es como cualquier tipo de gestión ambiental", dijo Kelso. No siempre existe un incentivo comercial para hacer las cosas bien, pero “no quiere llegar al punto en que diga ‘ojalá lo hubiéramos hecho antes’”.