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Ser un profesional de los eSports también implica contratos, despidos y sueldos

Si quieres dedicarte a los videojuegos de forma profesional hay varios puntos en los que debes poner atención, de acuerdo con la consultoría jurídica GameMetron.
mié 06 noviembre 2019 06:23 PM
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En el país se busca la profesionalización de los jugadores, quienes deben estar respaldados jurídicamente.

El futbolista Cristiano Ronaldo, el tenista Roger Federer y el gamer mexicano MKLeo tienen en común que son deportistas de alto rendimiento y también el hecho de ser reconocidos jurídicamente como profesionales en sus ramos.

En México se está tratando de profesionalizar a los deportes electrónicos , cuyo valor se estima en 1,600 millones de dólares, y por ello es necesario que detrás de los equipos y jugadores exista una regulación, de acuerdo con David Santiváñez, abogado y fundador de la consultora GameMetron.

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Esta firma, especializada en esports e industrias creativas, asegura que lo primero es que exista un contrato en el que se denomine expresamente al jugador como un Pro Gamer, figura para que las instituciones y organizadores de torneos consideren al videojugador como un profesional.

“No tenemos una regulación centrada en esports pero hay normas complementarias (...) en esto la columna principal es el derecho deportivo, pero con temas nuevos como videojuegos y licencias. Es cuestión de tiempo y estoy seguro que en cinco años tendremos un campo de esports profesionalizado totalmente”, indicó Santiváñez.

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Estos son algunos puntos a tener en cuenta antes de dedicarte de lleno a los videojuegos de forma profesional:

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Contratos: Cuando es un equipo con recursos debe pagar mensualmente a su jugador, que tendrá obligaciones y deberes con el organismo.

“Cuando se habla de un contrato deportivo no es sólo para jugar. Se pueden firmar para ser parte de un equipo, para ceder tu imagen para manejarla en campañas y contratos de auspicios especiales por parte de marcas”, aseguró Santiváñez para el caso de un equipo ya consolidado.

Cuando se empieza con un equipo más pequeño, lo que éstos hacen es cubrir los gastos honorarios de transportes y comidas, así como una cantidad módica que podría ser, por ejemplo de 600 pesos o lo acordado al mes o pagarles un incentivo por medio de bonos tras ganar algún torneo.

En ambos casos debe especificarse el proceso de compra-venta de un jugador para que el ProGamer cumpla sus compromisos adquiridos por contrato y las penalidades que se cobrarán en caso de no cumplirse, como el caso de los contratos de formación.

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“Tu penalidad puede ser de por ejemplo 1,500 dólares, pero si el acuerdo por el derecho de formación es por decir de cinco millones de dólares que podría ser el reflejo de tu inversión, por el temor hace que muchos jugadores no se puedan mover. Si descubriste a Messi de los esports, quieres formarlos para que se vuelva una figura y no los vas a querer soltar porque tiene demasiado dinero invertido en él”, indicó Santiváñez.

Penalidades multas y despidos: El ProGamer sigue siendo un trabajador y al estar sujeto a una serie de cláusulas puede recibir sanciones en caso de incumplimientos. De acuerdo con el experto, se puede sancionar a un jugador por hacer uso de trampas durante un torneo -donde hasta se puede llegar a banear a un jugador de por vida y cobrarle una penalidad por afectar la imagen de un equipo.

Hace unos días, Jarvis Kaye, de 17 años, fue baneado por Epic Games tras hacer trampa durante una de sus transmisiones mientras jugaba Fortnite. El joven usó aimbot, un programa que ayuda a apuntar de forma automática y da en el blanco de forma precisa.

Jornadas laborales y exámenes médicos: Los jugadores deben tener tiempos establecidos de entrenamiento, competencias y descansos. Asimismo, se les pueden hacer pruebas de dopaje que son sancionables y someterlos a exámenes físicos y mentales antes y durante su contrato.

¿Y los menores de edad?: Para ellos debe haber un permiso de los padres o tutores. Algunos equipos de esports a nivel mundial optan por hacer cláusulas escolares que consisten en que los niños deben mantener su promedio para que puedan jugar en los torneos.

“Se comunican con los padres para conocer cómo rinde el alumno y si el jugador bajó de calificaciones se le penaliza con una suspensión de campeonato por más que el equipo los necesitara. Esos contratos los firman los padres y también tienen cláusulas como menores horas de entrenamiento y días de descanso”, agregó Santiváñez.

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