El precio de los paquetes es un tercio menor al precio de carta normal, y durante el tiempo de piloto del proyecto, Durand cuenta que ya se han “rescatado” 1,200 kilos de comida de sus socios, lo que equivale a 150,000 pesos, de acuerdo con el emprendedor.
Durante la prueba piloto de la app se unieron 250 personas a ella, en un periodo de dos meses, y 25 restaurantes como Maison Kayser, Delirio, Bo pastisseria, Munchin Donuts, Kome Kome Sushi y Helados Carmela.
El modelo de negocio para Cheaf radica en una comisión por el costo total de cada pedido.
A largo plazo, el emprendedor proyecta que la intención de la plataforma es integrar Cheaf con bancos de alimentos para ayudar, de manera más robusta, a reducir el desperdicio alimentario en México y en otras regiones, además de generar inteligencia dentro de la plataforma para eventualmente hacer que no se desperdicie nada del stock de un comercio.
“Queremos llegar a cualquier parte de México y latam en donde haya desperdicio, el objetivo es expandirnos geográficamente y expandirnos no solo a restaurantes si no a hoteles y supermercados en donde hay desperdicio potencial. A muy largo plazo la idea es que Chead genere inteligencia que le permita a los restaurantes manejar mejor su stock, hacerlo más eficiente, para que Chief no tuviera que existir y que no hubiera nada que vender porque no se desperdicia nada”, dijo Durand.
Alrededor del mundo colectivos como los Freegans, especialmente en la Ciudad de Nueva York, se dedican a “rescatar” la comida que los restaurantes desechan del día, más por temas de políticas de frescura de los alimentos en mostrador, y viven de ello en pequeñas comunidades; sin embargo, no cuentan con este componente tecnológico para unir la oferta y demanda por esta merma del día.