La contaminación es uno de los problemas más relevantes que existen en torno a criptomonedas como Bitcoin, pues según estimaciones , el consumo de energía durante los procesos de minería es comparable a la tasa anual de Países Bajos. Sin embargo, los estándares para estos procedimientos están cambiando, a fin de que esta tecnología sea más sustentable.
Actualmente, la difícil relación entre las criptomonedas y el medio ambiente se debe a la Prueba de trabajo, es decir, la necesidad de que mineros con máquinas capaces de realizar complejos problemas numéricos verifiquen la validez de las transacciones, con el propósito de que se envíe o reciba la divisa.
Tras llevar a cabo este procedimiento, las personas que se encargan de gestionar la operación, reciben cantidades de bitcoin o alguna criptomoneda como recompensa, pero para aumentar sus ganancias deben conectar más máquinas para trabajar a tiempo completo y, por lo tanto, el consumo de energía es demasiado alto.
De acuerdo con analistas de centros de investigación especializados en la materia, el alto precio de las diferentes criptomonedas también es un elemento que ha motivado el proceso de minería, pues las ganancias incentivan que más personas participen sin importar la contaminación que generan.