No obstante, ejemplos como Ethereum, Avalanche o Cardano están migrando hacia la Prueba de participación, un nuevo estándar en la minería para aminorar el impacto ambiental, mismo que según Alejandro Rodríguez, director de blockchain en Dicio, mantiene la seguridad y robustez de la tecnología previamente conocida.
Esta vía, explica el especialista, es un mecanismo de consenso similar a la prueba de trabajo, sólo que en este caso las personas participan de manera voluntaria como validadores de la red a partir de proporcionar parte de sus activos en criptomonedas.
En términos medioambientales, el impacto positivo de esta propuesta se basa en que los validadores no requieren grandes cantidades de poder computacional, pues su selección es al azar y no compiten con otras máquinas. Además, no deben extraer bloques, sino que sólo los crean o los validan, lo cual se traduce en una mejor eficiencia energética.
La alternativa de Prueba de participación, según declaraciones de Vitalik Buterin, cocreador de Ethereum, también representa un beneficio para los participantes, pues estos son incentivados con una recompensa pagada en Ether, para permanecer en línea y mantener la red bajo control.