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¿Cómo reducir el impacto ambiental de las criptomonedas?

Ejemplos como Ethereum han migrado a un nuevo estándar de minería llamado 'prueba de participación' que permite una mejor eficiencia energética.
vie 27 agosto 2021 05:00 AM
Reducir el impacto ambiental de las criptomonedas es posible
Según Vitalik Buterin, cocreador de Ethereum, este estándar reduciría el consumo de energía entre 1,000 y 10,000 veces.

La contaminación es uno de los problemas más relevantes que existen en torno a criptomonedas como Bitcoin, pues según estimaciones , el consumo de energía durante los procesos de minería es comparable a la tasa anual de Países Bajos. Sin embargo, los estándares para estos procedimientos están cambiando, a fin de que esta tecnología sea más sustentable.

Actualmente, la difícil relación entre las criptomonedas y el medio ambiente se debe a la Prueba de trabajo, es decir, la necesidad de que mineros con máquinas capaces de realizar complejos problemas numéricos verifiquen la validez de las transacciones, con el propósito de que se envíe o reciba la divisa.

Tras llevar a cabo este procedimiento, las personas que se encargan de gestionar la operación, reciben cantidades de bitcoin o alguna criptomoneda como recompensa, pero para aumentar sus ganancias deben conectar más máquinas para trabajar a tiempo completo y, por lo tanto, el consumo de energía es demasiado alto.

De acuerdo con analistas de centros de investigación especializados en la materia, el alto precio de las diferentes criptomonedas también es un elemento que ha motivado el proceso de minería, pues las ganancias incentivan que más personas participen sin importar la contaminación que generan.

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No obstante, ejemplos como Ethereum, Avalanche o Cardano están migrando hacia la Prueba de participación, un nuevo estándar en la minería para aminorar el impacto ambiental, mismo que según Alejandro Rodríguez, director de blockchain en Dicio, mantiene la seguridad y robustez de la tecnología previamente conocida.

Esta vía, explica el especialista, es un mecanismo de consenso similar a la prueba de trabajo, sólo que en este caso las personas participan de manera voluntaria como validadores de la red a partir de proporcionar parte de sus activos en criptomonedas.

En términos medioambientales, el impacto positivo de esta propuesta se basa en que los validadores no requieren grandes cantidades de poder computacional, pues su selección es al azar y no compiten con otras máquinas. Además, no deben extraer bloques, sino que sólo los crean o los validan, lo cual se traduce en una mejor eficiencia energética.

La alternativa de Prueba de participación, según declaraciones de Vitalik Buterin, cocreador de Ethereum, también representa un beneficio para los participantes, pues estos son incentivados con una recompensa pagada en Ether, para permanecer en línea y mantener la red bajo control.

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Este nuevo estándar, según las pretensiones, reduciría el consumo de energía entre 1,000 y 10,000 veces. “Pasamos de consumir la misma energía que un país mediano a consumir la misma energía que un pueblo”, comentó durante una entrevista con CNN Business .

Debido a estas características, Rodríguez considera que es el presente de la tecnología blockchain y si bien apenas se está migrando hacia esta opción, es muy probables que a finales de 2022 sea la normalidad dentro del panorama de las criptomonedas.

Al respecto, Buterin hizo un llamado hacia las personas enfocadas en la minería de Bitcoin para motivar cambios en sus estándares hacia la Prueba de participación o avanzar hacia un modelo híbrido. “Si Bitcoin se mantiene con su tecnología exactamente como es hoy, existe un gran riesgo de que se quede atrás”, concluyó.

Otro problema relacionado con la minería de criptomonedas sobre el cual han alertado organizaciones de activismo es que los grandes focos de operaciones se concentran en zonas como Asia, donde la producción de energía se basa en carbono, por lo que en dichos lugares se producen un exceso de emisiones de gases de efecto invernadero, el cual no se había contemplado en ningún protocolo ambiental.

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Además, este concepto, comenta Rodríguez, es contrario a las ideas que dieron origen a blockchain, pues a partir del establecimiento de clusters para la minería, detalla, se está “centralizando la validación de las transacciones”, por lo que es necesario llevar las “granjas” a otras zonas.

Respecto al tema energético, el especialista menciona que el traslado de los centros de minería a otros territorios no sería la solución por sí misma, pues también sería necesario alimentar estos complejos por medio de fuentes de energía sustentables, como lo que se ha propuesto en El Salvador, donde se pretende usar energía geotérmica originada por los volcanes para la minería de Bitcoin.

En este sentido, activistas medioambientales han criticado que esos casos específicos no eximirá a la industria de las criptomonedas de su responsabilidad con la naturaleza y por ello, apunta Rodríguez, se requiere el desarrollo de estos nuevos procesos de minería en los que el cuidado del medio ambiente sea un asunto prioritario.

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