Este jueves, la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, presentó una propuesta cuyo objetivo es obligar a los fabricantes de teléfonos inteligentes y otros productos electrónicos que adopten un medio de carga universal, específicamente el puerto USB-C.
Las reglas, según el documento, están destinadas a reducir los desechos electrónicos, pues tienen el propósito de que las personas reutilicen sus cables y cargadores al comprar nuevos dispositivos. Además, las medidas también aplicarán a gadgets como tabletas, auriculares, asistentes, consolas de videojuegos y cámaras.
Según datos de la propuesta, la gente gasta cerca de 2,800 millones de dólares al año en cargadores independientes que no se suministran con sus dispositivos. Por lo que al implementar estas medidas se prevé un ahorro de 293 millones de dólares al año. Además, resalta que en la UE se desperdician unas 11,000 toneladas de cargadores anualmente y algunos de ellos ni siquiera se usaron.