A inicios de agosto, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, promulgó la Ley de Semiconductores y Ciencia, con el propósito de impulsar la producción de chips en ese país a través de la liberación de 52,000 millones de dólares como incentivo para las empresas tecnológicas y esto también tendrá un impacto en México.
Diego Garza, director de canales y alianzas de Intel, comenta que durante la pandemia la industria de chips vivió “situaciones complejas donde las cadenas de suministro probaron no ser tan resilientes como esperábamos”. Sin embargo, al tiempo que la demanda comienza a normalizarse, este tipo de iniciativas ayudan a materializar sus esfuerzos de construir nuevas fábricas para cubrir las futuras necesidades de los consumidores.
En la Casa Blanca aseguran que esta ley impulsará la investigación, el desarrollo y la producción de semiconductores estadounidenses, con el fin de que Estados Unidos sea líder en la tecnología, pues esta es la base de múltiples dispositivos, desde teléfonos inteligentes o computadoras, hasta automóviles y sistemas de defensa.