En esta secuela el juego no solo se le da continuidad a la historia principal, sino que mejora algunos de los aspectos que no permitieron esa calidad excelente de la precuela. Al ser un juego de sigilo, la entrega anterior necesitaba de paciencia y de extrema cautela, los momentos de acción se veían reducidos y el ímpetu de los jugadores más dinámicos se veía penalizado.
Réquiem no solo permite un poco más de libertad a la toma de decisiones, sino que vemos personajes que usan sus habilidades, que maduraron y que incluso usan armas o poderes especiales.
Además, dependiendo de tu modo de juego, se te otorgan recompensas y mejoras a tus habilidades que fortalezcan tus decisiones. Entre los modos que se pueden aprovechar se encuentran: oportunista, agresivo o prudente.
Por otro lado, a pesar de que los enemigos aún no se comportan del todo como “una persona”, mejoraron sustancialmente la inteligencia para perseguirte. Ya no resulta tan simple perderlos y no se olvidan de ti con ruidos o movimientos simples, si te descubren van a seguirte sin importar qué pase.