La principal razón para espiar a las parejas es la curiosidad y para ver dónde estuvieron físicamente a través de sus aplicaciones o fotografías. No obstante, Rincón menciona que “es una forma de violencia al ser una violación de la privacidad y traspasa una barrera de la privacidad” que incluso puede escalar en el grado de violencia.
La forma en que accedieron a los dispositivos en su mayoría se debió a que los dispositivos no tenían contraseña. El 19% memorizó la contraseña o la forma de desbloquear, mientras que 6% engañó a su pareja para acceder al dispositivo.
“Estas violaciones afectan en lo digital, pero es igual de importante que la violencia real. Si no hay consentimiento, hablamos de intrusiones a la privacidad y puede escalar a un tema de violencia psicológica o física”, alerta Rincón.
¿Cómo protegerse de ser víctima de snooping?
Para protegerse, el experto recomienda tener contraseña y habilitarla en todo momento para proteger la información propia y de terceros. También destaca que no se debe compartir aun cuando el usuario no tenga nada que ocultar, pues “la privacidad es un derecho y sólo puede ser develada cuando nosotros lo autorizamos”.