Las otras capacidades, como la Combinación o el Retroceso, permiten que la creatividad del jugador salga a relucir en sus formas de explorar el mundo o también la manera en que atacan a los enemigos. Incluso de estos elementos puede depender la estrategia al enfrentar a un enemigo poderoso.
Todas estos agregados provienen de la tecnología y magia Zonnan, las cuales dan una capa más de jugabilidad, al igual que los santuarios sheikah dieron en Breath of the Wild, pues estos siguen siendo pequeños rompecabezas en donde el usuario debe ser bastante creativo para solucionarlo, pues no existe una forma única de hacerlo.
De hecho, esta idea de muchas soluciones para un mismo problema en un videojuego, proviene de la mente de Hidemaro Fujibayashi, director de este título, quien quiso trasladar las infinitas posibilidades que permite la vida misma a la franquicia Zelda… y lo logró bastante bien.
El ciclo Zelda se vuelve a cumplir
Una dinámica que parece común con cada estreno de la franquicia es que cuando a los fanáticos no les gusta algo del último título, lo expresan los desarrolladores en Nintendo lo solucionan para la siguiente versión. En Skyward Sword (2011), por ejemplo, algunas de las críticas se centraron en su linealidad y para el siguiente título (Breath of the Wild), el equipo decidió implementar el mundo abierto.
En el caso de Breath of the Wild, el principal señalamiento fue hacia las mazmorras de las Bestias Divinas. Se reprochó que fueran repetitivas e incluso se llegó a decir que eran prácticamente iguales. Esta situación no podía quedarse así en Tears of the Kingdom y es por ello que Nintendo decidió implementar un nuevo sistema de mazmorras más apegado a las entregas clásicas, pero que se combinan con el mundo.
Los creadores lo explicaron en una reciente entrevista , donde detallaron que estos elementos se diseñaron de manera que se combinaran con sus entornos. Durante el tiempo que jugué, pude vivir una experiencia en la región de Tabanta donde el nivel introductorio fue bastante retador, pero divertido, mientras que la mazmorra fue bastante sencilla de resolver y se complementó con un enfrentamiento épico ante un jefe.
Por otra parte, un punto en donde el ciclo no se cumplió fue la música y es que en su antecesor, muchos jugadores señalaron que la experiencia no era satisfactoria debido a que sólo parecía un acompañamiento y no era memorable. La verdad es que pasa lo mismo: durante la exploración, la música no es protagonista, sino ambiental pero considero que no sea un problema, ya que después de horas de juego, comienzas a reconocer las pistas.
No obstante, la edición de sonido destaca bastante, pues te hace sentir parte de todo el entorno, desde los pasos que da Link en el terreno hasta los susurros del viento pasando por el proceso de construcción de nuevas armas, donde la combinación de magia. El proceso de elegir un arco, combinarlo con algún elemento y tensar la cuerda se disfruta aún más con audífonos.
Asimismo, el doblaje al español latino es un punto que demuestra el cariño que tuvo este lanzamiento para la región, pues, una vez más, está bastante cuidado y cada personaje tiene su personalidad.
¿Recomiendo comprar The Legend of Zelda. Tears of the Kingdom?
Sin duda, es un título imprescindible en el catálogo de Nintendo Switch. Claro que tiene sus puntos en contra, como el hecho de que vuelve a sufrir caídas de cuadros en momentos específicos, como cuando suceden muchas cosas en pantalla al mismo tiempo o hay transparencias para mostrar otros elementos.
Sin embargo, es un paso más adelante en la franquicia, pues se atrevió a combinar los elementos más característicos de la franquicia: su compleja y amplia historia; sus intrincadas mazmorras; y su mundo abierto para entregar un videojuego épico que seguramente influenciará a desarrolladores en todo el mundo de la misma forma que lo hizo Breath of the Wild. 9.5 de 10.